El desierto del Sáhara no está ampliando su extensión

Habitualmente las intoxicaciones sobre el calentamiento del planeta abundan en la discusión sobre las regiones polares y las grandes extensiones de hielo, como Groenlandia. Nadie se preocupa de los desiertos porque dan por sentado que allí hace mucho calor y en el futuro las temperaturas subirán aún más.

Sin embargo, en los desiertos también hace mucho frío por la noche, a pesar de lo cual la publicidad climática los convierte en un patrón de lo que les espera a otras regiones del mundo: se convertirán en desiertos, lo cual es algo malo por definición. Los desiertos son regiones inhóspitas.

El geólogo Stefan Kröpelin opina todo lo contrario y nos saca de un tópico manoseado: el desierto del Sáhara no sólo no está ampliando su extensión sino que se está reduciendo.

Kröpelin es un investigador climático de la Universidad de Colonia, en Alemania. Durante más de 40 años se ha especializado en el estudio del desierto del Sahara oriental.

En una entrevista (*) afirma que desde finales de los ochenta “el desierto se está reduciendo; no está creciendo”. Las lluvias han comenzado a extenderse hacia el norte de Sudán, y desde entonces han aumentado, lo que ha provocado una expansión de la vegetación hacia el norte.

Cuando terminó la última glaciación (hace unos 12.000 años), explica Kröpelin, el Sáhara oriental se volvió verde por la vegetación. Rebosaba de vida salvaje, e incluso hace 5.000 años, también contaba con numerosas masas de agua.

“Todos los estudios más importantes que llevamos a cabo muestran que después de la Edad de Hielo, cuando las temperaturas aumentaron, el Sáhara reverdeció […] las lluvias monzónicas aumentaron y el agua subterránea también”. La vegetación y la vida silvestre prosperaron, aunque luego, en los últimos miles de años, la región se secó. No ocurrió de repente, como sugieren los modelos climáticos actuales, subraya Kröpelin.

Los medios académicos convencionales hablan de “crisis climática” y “puntos de inflexión dramáticos”. Pero Kröpelin sostiene que “la naturaleza no funciona así. Las cosas cambian gradualmente”.

La hipótesis de que “tenemos que tener cuidado para que las cosas no se calienten medio grado porque, de lo contrario todo colapsará, son, por supuesto, una completa tontería […] Yo diría que este concepto [los puntos de inflexión] no tiene fundamento”.

(*) https://eike-klima-energie.eu/2023/11/09/klimaforscher-stefan-kroepelin-die-wueste-schrumpft-und-waechst-nicht/

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