Las medidas políticas implementadas con el pretexto de la pandemia han destruido 500 millones de puestos de trabajo durante los tres primeros trimestres de este año y han reducido en 3,5 billones de dólares los ingresos de los trabajadores, según el último informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La principal afectada ha sido la economía sumergida, informal y precaria, que permite sobrevivir a los trabajadores más explotados del mundo.
El nuevo informe sobre los efectos del confinamiento en el mercado laboral mundial es el sexto que elabora la organización con sede en Ginebra y empeora las cifras del anterior estudio de junio.
Los 500 millones de puestos de trabajo perdidos equivalen a una caída del 17,3 por ciento de las horas de trabajo.
La pérdida de horas de empleo en España ha rondado el 6 por ciento, pero en países como Perú, uno de los que tiene más empleo informal, la pérdida interanual de horas de trabajo superó el 50 por ciento entre abril y junio.
La reducción de horas de trabajo y de salarios se ha debido a las medidas políticas adoptadas por los gobiernos con la excusa de la pandemia que, especialmente durante los confinamientos masivos, supusieron el cierre de muchas actividades laborales, algo que según la OIT aún afecta a la mayor parte del planeta.
La OIT subraya que el 94 por ciento de los trabajadores reside en países en los que se siguen aplicando confinamientos y restricciones de movilidad que afectan a aquellos para los cuales su actividad laboral es sinónimo de supervivencia.
Uno de cada tres trabajadores, añade el informe, reside en países donde la mayoría todos los lugares de trabajo siguen cerrados.