El joven checheno de 23 años confiesa ante la cámara que ha transmitido informaciones a Moscú sobre Siria e Irak y los 605 ciudadanos rusos que se han unido a los yihadistas.
El checheno añade que los rusos tienen dificultades en identificar a los que unen al Califato Islámico porque se cambian el nombre para no dejar rastro.
El verdugo también habla en ruso ante la cámara antes de cortar el cuello del checheno con un cuchillo: “Putin, perro, hemos atacado [a Bashar Al-Assad] antes de tu llegada, así como a los americanos y sus aliados. También vamos a atacaros a vosotros”.
Concentrada en el Cáucaso, la población musulmana de Rusia suma 22 millones de habitantes, de los que unos 7.000 combaten en las filas del Estado Islámico. Algunos de ellos proceden también de las antiguas repúblicas soviéticas de Asia Central.
En lo que va de año, se han registrado 95 muertos en atentados en Daguestán, frente a los 208 de 2014 y los 413 de 2011.
En enero del pasado año el Califato Islámico del Cáucaso se adhirió al Califato proclamado por Abu Bakr Al Bagdadi en Siria e Irak.
En Siria los yihadistas rusos se han unido al Frente Al-Nosra, concentrada en la provincia de Idlib, y al Califato Islámico en la provincia de Hasaka, limítrofe con Turquía, donde al mando de su dirigente, Omar al Shishani, se han enfrentado a las milicias kurdas.
Los comandantes kurdos aseguran que son los chechenos los que dirigen las operaciones militares del Califato Islámico, que hasta ahora estaban dominadas por los veteranos del ejército de Sadam Husein.