El 98 por cien de las miocarditis en los niños y adolescentes está causado por la vacunación contra el coronavirus según un estudio en el que han participado decenas de médicos y científicos de varias universidades, hospitales infantiles y escuelas de medicina de Estados Unidos.
El estudio se publicó el lunes de la semana pasada en la revista “Circulation” de la Asociación Americana de Cardiología (1).
Los investigadores analizaron a 139 niños y adultos jóvenes con 140 episodios de miocarditis, de los cuales 49 se confirmaron y 91 fueron probables. La mayoría de los pacientes eran hombres (126) y la edad media era de 15,8 años.
La sospecha de miocarditis se produjo en 136 de los pacientes, lo que equivale al 98 por ciento de todos los casos de miocarditis. La inyección de Pfizer fue responsable de 131 (94 por cien) de estos casos, de los cuales 128 (92 por cien) ocurrieron después de la segunda dosis.
Los investigadores afirman en sus conclusiones que el síntoma más común fue el dolor torácico, que se produjo en el 99 por cien de los pacientes, y que 26 pacientes (19 por cien) fueron ingresados en cuidados intensivos debido a la enfermedad.
Hay que recordar lo que han venido sosteniendo al respecto los matasanos españoles que salen por la televisión. Primero que las vacunas eran seguras y no tenían efectos adversos. Después que las afecciones cardiacas no eran consecuencia de las vacunas. Luego que eran casos aislados. Finalmente que las miocarditis y las pericarditis eran afecciones leves y que los pacientes se recuperan rápidamente.
Todas y cada una de las secuencias del fraude se han ido desplomando. Las miocarditis y la pericarditis son afecciones extremadamente graves debido al papel vital que desempeña el corazón y al hecho de que el músculo cardíaco no puede regenerarse. Una miocarditis grave puede provocar un paro cardíaco y costar años de vida a una persona.
Según los datos oficiales de Reino Unido, publicados por la MHRA, hasta el 17 de noviembre se han notificado 686 casos de miocarditis y 578 casos de pericarditis como reacciones adversas a las vacunas. Son una parte de los 18.354 trastornos cardíacos notificados con 290 muertes.
Sin embargo, como en otros países, en Reino Unido sólo se registran una ínfama parte de los efectos adversos de las vacunas, que la MHRA calcula en un 10 por ciento de la cifra real. Por tanto, hay que multiplicar las cifras anteriores por 10 para obtener las cifras más probables.
El 29 del mes pasado la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido (UKHSA) reconoció que las afecciones cardíacas son un riesgo causado por las vacunas. La UKHSA ha publicado unas directrices clínicas para apoyar la detección y el tratamiento de los casos clínicos de miocarditis y pericarditis asociados a las vacunas, especialmente para los niños y las personas menores de 40 años (2).
La primera sección de la guía clínica afirma que un alto porcentaje de los niños ingresados en los hospitales padecen miocarditis.
A principios de septiembre el Comité Mixto de Vacunación e Inmunización (JCVI) no se atrevió a justificar la vacunación de los niños. La decisión del director médico de Inglaterra, Chris Whitty, y sus colegas de inyectar a los niños, y la decisión del gobierno de aplicarla, no tienen precedentes. Antes de esto, siempre se habían seguido los consejos del JCVI.
Se han sacado de la manga la “variante ómicron” para seguir intimidando y ampliando el radio de acción de las vacunas. El gobierno británico ofrecerá una segunda dosis a todos los niños mayores de 12 años, aunque las autoridades saben que los niños tienen muchas más probabilidades de sufrir miocarditis después de la segunda dosis, como confirma el nuevo estudio publicado por la Asociación Americana de Cardiología.
(1) https://www.ahajournals.org/doi/10.1161/CIRCULATIONAHA.121.056583
(2) https://www.gov.uk/government/publications/myocarditis-and-pericarditis-after-covid-19-vaccination/myocarditis-and-pericarditis-after-covid-19-vaccination-guidance-for-healthcare-professionals