Un dirigente del Mosad de 45 años, Fahmi Hinawi, fue ejecutado el jueves de 15 disparos mientras conducía en su automóvil en Tel Aviv. Los atacantes se esfumaron sin dejar ni rastro.
Durante 48 horas ningún medio israelí se atrevió a hablar de ello por temor a que los colonos sionistas se den cuenta de que el Eje de la Resistencia está mucho más cerca de ellos de lo que confiesan los informes oficiales.
Los noticiarios presentaron el incidente como una riña familiar, pero la presencia de fuerzas del Mossad y los servicios de seguridad incluso antes de que la policía llegara al lugar no dejó lugar a dudas: han perdido a uno de sus cabecillas.
El viernes por la noche las redes sociales difundieron las imágenes de un tiroteo que tenía el aspecto de una represalia. Los atacantes acercaron al vehículo del oficial del Mossad mientras estaba detenido en un semáforo en rojo y descargaron sobre Fahmi Hinawi varias ráfagas de metralleta.
Desde el asesinato del científico iraní hay informes de un terremoto dentro del aparato de inteligencia y las fuerzas armadas israelíes, que acusan a la pareja Netanyahu y al jefe del Mosad, Yossi Cohen de actuar contra Irán sin advertirles.
El jefe de Estado Mayor del ejército israelí repite que Tel Aviv está preparado para todos los escenarios bélicos contra Irán, pero se niega a asumir “militarmente” las consecuencias del “acto de Netanyahu”, ya que Israel se vería “arruinado” con el “primer misil de Irán” o sus “representantes”.
El viernes Netanyahu apareció en las pantallas del American Hudson Institute para acusar a Irán de señalar a Israel en relación a cualquier suceso que ocurra allí. Visiblemente avergonzado por haber sido interrogado sobre el asesinato del 27 de noviembre, dijo: “Los iraníes nos culpan de todo: lo verdadero o lo falso”.
Algunos hablan de un autogolpe para dar a Irán la oportunidad de presentar la muerte de Hinawi como una represalia. Sin embargo, una respuesta iraní iría mucho más allá de Hinawi. Irán ha prometido que su respuesta será “dolorosa y precisa”.
El jueves saltó una alerta general en el reactor nuclear de Dimona, en el desierto de Neguev. El régimen de Tel Aviv ha advertido a sus “antiguos y nuevos empleados” contra el peligro que les espera en la esquina de cada calle, o incluso cuando estén en casa.
La respuesta prometida por Irán viene a unirse a la de Hezbolah por la muerte de su combatiente Kamel Mohsen para ampliar el “círculo de angustia” de los militares israelíes.