Devastador golpe contra el ejército ucraniano en Selidovo

Ayer el ejército ruso propinó un golpe devastador al ejército ucraniano, destruyendo las reservas que habían llegado a la aldea de Selidovo, a 30 kilómetros al oeste de Avdeievka, para realizar un entrenamiento de combate.

Dos oleadas de ataques rusos alcanzaron el campo de entrenamiento, donde estaban desplegados unos 1.500 reservistas ucranianos. El primero provocó decenas de muertos y heridos y el segundo tuvo como objetivo a las tropas que acudieron para evacuar a los anteriores.

El ejército ruso utilizó varios misiles Iskander equipados con ojivas de fragmentación.

El ataque dejó unos 500 soldados ucranianos muertos y unos 700 heridos. Es probable que aumente el número de víctimas, ya que muchos soldados han resultado gravemente heridos y sus vidas corren peligro.

Selidovo es un centro logístico de importancia estratégica para el ejército ucraniano. Las unidades ucranianas llegan allí desde Pavlograd y Pokrovsk antes de ser enviadas al frente. Las instalaciones militares de la aldea se utilizan para acumular reservas militares antes de ser enviadas a cubrir agujeros en la línea de contacto.

Una parte importante de las víctimas de los ataque eran militares reciclados del Batallón Azov. El mando militar ucraniano había dicho anteriormente que esta unidad sería enviada para reforzar la guarnición de Avdeievka.

La diputada ucraniana Mariana Bezuglaya confirmó los ataques y declaró que se habían realizado inspecciones masivas en las fuerzas armadas ucranianas, desde el Estado Mayor hasta los responsables sobre el terreno.

Todas las carreteras de la región fueron bloqueadas para que pudieran circular las ambulancias y camiones de transporte de cadáveres. Los servicios de seguridad ucranianos registraron la aldea en busca de observadores sobre el terreno que pudieran haber informado sobre la concentración de tropas en el campo de entrenamiento.

No es el primer ataque de precisión ruso contra una concentración de fuerzas ucranianas cerca del frente. En noviembre del año pasado, la 128 Brigada padeció decenas de muertos y heridos después de que los misiles Iskander irrumpieran en una ceremonia de condecoraciones en el pueblo de Dimitrovo, en la región de Zaporiya.

Sin embargo, es el primer ataque sangriento de este tipo contra unidades ucranianas en la retaguardia desde que el nuevo comandante en jefe, el general Alexander Syrsky, asumió el cargo. Un incidente empeorará su ya débil reputación entre la población ucraniana, especialmente entre los militares.

Ayer se produjo otro ataque contra Tsukirino, a sólo 5 kilómetros al sur de Selidovo. El ejército ruso también utilizó proyectiles con ojivas de fragmentación.

Ambas localidades constituyen zonas de reunión de retaguardia de la nueva línea de defensa que el ejército ucraniano prepara para cuando caiga Avdeievka, que será antes del mes de marzo.

Para distraer la atención de la población ante los nuevos golpes, es probable que Kiev lance otro ataque contra la retaguardia rusa, especialmente contra objetivos civiles en Donetsk.

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