Los dos generales que se enfrentan en Sudán, Abdel Fattah al-Burhan, que dirige el ejército, y Mohamed Hamdan Dagalo, más conocido como Hemedti, que dirige las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido, son peones de una competición más amplia por controlar el Mar Rojo y el Cuerno de África, de importancia estratégica.
Además, de Israel, Emiratos Árabes Unidos es otro de los protagonistas de las redes de intereses de la región. Un país pequeño pretende controlar a un gigante, como Sudán, mediante una intrincada telaraña de milicias, mercenarios empresas y bancos.
Abu Dhabi tejió sus redes en Sudán tras la Primavera Árabe. El general Hemedti proporcionó miles de soldados a la agresión militar de Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos contra Yemen. A través de Yemen y Libia, Hemedti recibió armas y dinero para sus mantener sus milicias.
El descubrimiento de bombas termobáricas compradas por Emiratos Árabes Unidos en manos de la RSF sugiere que Abu Dhabi también ha apoyado más directamente el poder de combate de Hemedti sobre el terreno. Lo que está por ver es si estas armas fueron entregadas a Hemedti directamente por Emiratos Árabes Unidos o, más probablemente, a través de sus contactos en Libia.
Desde 2019 Abu Dhabi ha alimentado la guerra civil en Libia, apoyando a Jalifa Haftar y ahora hace lo mismo en Sudán, donde el general Hemedti controla las minas, especialmente las de oro.
A su vez, Dubai es uno de los principales centros de comercio de oro del mundo y proporciona las vías necesarias para cambiarlo por dinero en efectivo y financiar la guerra comprar armas y pagar a las milicias.
Emiratos Árabes Unidos se ha convertido en el mayor inversor externo en Sudán. Además de las minas de oro, ha comprado millones de hectáreas de tierras agrícolas por 1.500 millones de dólares.
La guerra sigue. Acaba una, la de Yemen, y empieza otra. Algunos de los protagonistas no son, en ningún caso, locales. Si Emiratos Árabes Unidos apoya al general Hemedti, Egipto apoya a Burhan.
De hecho, la guerra comenzó con un ataque de las milicias de Hemedti contra la base aérea de Merowe, donde se estacionaban las tropas egipcias que que llegaron para apoyar a Burhan.
Son los mismos protagonistas exteriores que combaten en Libia, donde la guerra no ha acabado desde hace 12 años.