Cómo negociar con Rusia salvando la cara al mismo tiempo

El canciller alemán Olaf Scholz siempre afirma de cara a la galería que no está dispuesto a firmar un acuerdo de paz con Rusia. Pero en Washington el nuevo embajador alemán, Andreas Michaelis, convocó una velada con los “expertos” estadounidenses en “kremlinología” para debatir lo contrario.

El orden del día es obvio: cómo capitular sin que se note demasiado. Nadar y guardar la ropa. La derrota más dolorosa que ha padecido la OTAN desde su nacimiento en 1948 no va a ser nada fácil de disimular.

En nombre de Alemania estaba presente Wolfgang Schmidt, jefe de la Cancillería y peón de confianza de Scholz. También estaba Fiona Hill, una “experta” que ha escrito una biografía de Putin y que, en época de Trump, trabajó en el Consejo de Seguridad Nacional.

Otra convidada, Andrea Kendall-Taylor, coordinó durante años la estrategia de inteligencia de Estados Unidos hacia Rusia.

La estrella fue Samuel Charap, que trabajó brevemente como asesor del Departamento de Estado de Estados Unidos. Ahora trabaja para Rand Corporation, un equipo de análisis del Departamento de Defensa de Estados Unidos con muchos años de experiencia a sus espaldas.

Charap es el Pepito Grillo de los “expertos” en la Guerra de Ucrania. Este verano publicó un artículo en la revista Foreign Relations cuyo título lo dice todo: “La guerra imposible de ganar: Washington necesita un final en Ucrania”.

“Una estrategia eficaz para superar la crisis de política exterior más grave requiere que Estados Unidos y sus aliados cambien sus prioridades y desarrollen un escenario para poner fin a la guerra”, dice Charap.

Fue la estrella. Los tertulianos le felicitaron por haber sido uno de los primeros en hablar claramente de la capitulación.

Hace tiempo que las negociaciones han empezado, aunque se hace con este tipo de veladas y ágapes. Si no se airean más a menudo es porque la Casa Blanca ha establecido formalmente que no hay negociaciones si Ucrania no está presente.

En la reunión se echó de menos a un especimen que no puede faltar en este tipo de tertulias: alguien capaz de vender la moto, de firmar lo que sea, pero sin que se note la bajada de pantalones.

Seguramente ya hay un equipo de “expertos” redactando un breve manual que veremos pronto en las cadenas de televisión con un nudo argumental apasionante: la Guerra de Ucrania ha acabado en tablas, hemos logrado que Putin no se salga con la suya…

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