El mes pasado dos terceras partes del petróleo venezolano fue exportado a China, que prefiere pagar más por el petróleo del país sudamericano en lugar del que ofrece Arabia saudí, bastante más barato.
Venezuela está sometida a presiones económicas y a una desestabilización permanente de Estados Unidos, mientras la política china va en la dirección opuesta.
Estados Unidos acusa a China de no respetar los términos del acuerdo comercial, según el cual está obligada a comprar un volumen garantizado de esquisto estadounidense por valor de 52.400 millones de dólares.
A pesar del acuerdo, China prefiere otro tipo de proveedores por motivos claramente políticos.
Por su parte, Venezuela apoya la nueva Ruta de la Seda que promueve China, que se ha comprometido a financiar numerosos proyectos industriales en el país latinoamericano.
China ha mostrado mucho interés por Latinoamérica. En 2015 la región recibió la mayor cantidad de financiación procedentes de bancos públicos de los últimos cinco años.
Los préstamos chinos los países latinoamericanos superan a los del Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y se concentran en dos grandes capítulos económico: infraestructuras y minería.
Una parte de los préstamos que Venezuela recibe de China los paga con petróleo.