Si la nieve y el hielo van a desaparecer del planeta, como pregonan los movimientos “verdes”, no tiene sentido que haya países, como China, empeñados en fabricar rompehielos. China construyó su primer rompehielos en Ucrania en 1994 y en 2018 comenzó fabricarlos en su país.
El martes botó otro más, el Jidi (“Polar”), un buque de investigación capaz de atravesar hielo marino de un metro de espesor. Está equipado con drones, barcos no tripulados y robots submarinos autónomos.
Hubo una celebración en el muelle del Centro Olímpico de Vela de Qingdao cuando el Ministerio de Recursos Naturales de China anunció oficialmente la botadura. Tendrá a Qingdao como su puerto base.
El buque, que ha estado en construcción desde noviembre de 2022, partió a finales de junio del astillero de Nansha hacia Qingdao, donde entró en servicio el 5 de julio.
Junto al Jidi estaba amarrado el Xue Long 2, el rompehielos que en los últimos años ha sido el principal barco de investigación del Ártico y la Antártida de China. Poco después de la ceremonia de puesta en servicio de Jidi, el Xue Long 2 se hizo a la mar para la expedición ártica de este año. El rompehielos navegará a lo largo de la mayor parte de la costa ártica rusa, incluidos el Mar de Siberia Oriental, el Mar de Laptev y el Mar de Kara.
El Jidi está diseñado para operaciones de verano en aguas árticas, pero no está claro si este año se unirá al Xue Long 2 hacia el norte. Es una nueva generación de buques de investigación rompehielos diseñados y construidos por empresas chinas.
El barco tiene casi cien metros de eslora y un desplazamiento a plena carga de 5.600 toneladas. Tiene una tripulación de 60 personas y puede mantenerse de forma autónoma en el mar durante 80 días. Es capaz de atravesar hielo marino de un metro de espesor a una velocidad de 2 nudos.
El buque está equipado con una variedad de dispositivos de reconocimiento marino y puede realizar simultáneamente tareas integrales de observación e investigación de la atmósfera, el hielo marino, el agua, geofísica y otros ambientes marinos.
A bordo hay una variedad de tecnología avanzada y equipos de investigación, incluidos drones, navíos no tripulados y robots autónomos submarinos. Entre ellos se encuentra un dron de combustible de carga pesada que puede transportar 250 kilogramos de carga a la vez.
La tecnología del barco aplica el sistema de red de satélites independiente de China para realizar investigaciones en el aire, el espacio, el mar, el hielo marino y bajo el agua.
Durante la última década, China ha intensificado significativamente su atención al Ártico y en 2018 aprobó un documento de política ártica.