Asesinado un dirigente de Hezbolá en los atentados de Beirut

Entre las 45 víctimas de los dos atentados del jueves en Beirut se encuentra Hajj Hussein Yaari (Abu Murdata), un dirigente de la milicia chiíta libanesa Hezbollah que combate en Siria en apoyo del gobierno de Damasco.

Los atentados, cometidos en Ain el Sikkeh, un barrio chiíta del sur de Beirut, se sucedieron a una veintena de metros de distancia. El segundo de ellos aumentó el número de víctimas mortales al estallar ante aquellos que habían acudido a ayudar a los heridos de la primera explosión.

El canal de la televisión libanesa LBC aseguró que había otros dos terroristas, uno de los cuales logró escapar y otro que fue abatido antes de que lograra detonar la carga explosiva adherida a su cuerpo.

Las acciones muestran todas las trazas de haber sido preparados y dirigidos por Israel, aunque han sido reivindicadas por el Califato Islámico en internet. El comunicado indica
que los suicidas eran un palestino y un sirio y que los herejes, en
referencia a los chiítas, no les pueden amenazar.

Más de 230 personas fueron heridas. El lugar de las explosiones fue a unos 200 metros del hospital Al-Rassoul Al-Azzam, gestionado por Hezbollah. Uno de los suicidas trató de penetrar en la mezquita chiíta del barrio, pero se lo impidió una persona que luego resultó muerta por la explosión. No obstante, logró impedir que el número de muertos fuera aún mayor.

Además, el ejército libanés desactivó 10 kilos de explosivos conectados a cinco detonadores en el maletero de un vehículo en ciudad de Trípoli. Hace siete días se produjeron otros dos ataques en Arsal, fronteriza entre Líbano y Siria.

Durante 2013 y 2014 los barrios libaneses chiítas fueron objeto de nueve atentados terroristas cuya autoría fue asumida por Al-Qaeda y el Califato Islámico como represalia por la participación de Hezbolá en la guerra siria.

Como consecuencia de los atentados, Hezbollah ha ordenado a sus milicianos que eviten agruparse o permanecer en zonas muy pobladas.

Líbano acoge a más de un millón de refugiados sirios, lo que representa un cuarto de su población. El mayor general Abbas Ibrahim, jefe de la Seguridad General libanesa, asegura que dentro de los campamentos de refugiados “se esconden células terroristas durmientes”.

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