Lo dijo ante la Cámara de los Comunes Robin Cook, antiguo SecrLo dijo ante la Cámara de los Comunes Robin Cook, antiguo Secretario británico de Asuntos Exteriores, poco antes de su muerte: Al Qaeda, que en árabe significa “La Base”, no era el nombre de una organización terrorista. Nació, como su propio nombre indica, siendo la base de datos de los yihadistas que estaban al servicio de la CIA (*).
Entonces los yihadistas ejercían como traficantes internacionales de armas y su protagonismo creció en 1979 con la Operación Ciclón, que a fecha de hoy sigue siendo la más importante emprendida nunca por la CIA.
Un dispositivo de esa envergadura en hombres, dinero y armas no podía tener por objeto, obviamente, Afganistán sino la URSS misma. El elemento más importante del dispositivo era que el impulso de Estados Unidos no podía aparecer en público bajo ninguna circunstancia, por lo que emergen una serie de personajes de paja (Hekmatyar, Bin Laden), organizaciones de paja (Maktab al-Khadamat, Al Qaeda), bancos de paja (BCCI) e incluso países de paja (Pakistán, Arabia saudí).
En Afganistán la CIA organizó, pues, la primera yihad de la era moderna. El arquitecto de la estrategia fue Michael G. Vickers, un joven oficial de la CIA que trabajaba para Gust Avrakotos, el jefe regional de la CIA.
William Casey, director de la CIA durante el gobierno de Reagan, convenció al gobierno saudí de que financiase a los yihadistas del mismo modo que lo estaba haciendo la CIA. El BCCI fue el cajero y el tráfico de heroína abarató la operaciones.
El dinero, las armas y el adiestramiento se canalizaban a través del ISI, el Servicio de Inteligencia de Pakistán, que a su vez actuaba a través de una organización llamada MAK (Maktab al-Khadamat), dirigida por Hekmatyar, que se ocupó de su distribución en Afganistán.
El MAK reclutó a unos 100.000 yihadistas procedentes de 43 países distintos repartidos por todo el mundo, a los que la CIA entrenó para luchar contra la URSS en Afganistán. Todos ellos recibían dinero, armas y entrenamiento en campamentos de Pakistán. Uno de los primeros en llegar fue Bin Laden, que se puso a las órdenes de Hekmatyar con sus 4.000 fanáticos saudíes, hasta que ambos se separaron en 1989, momento en el que apareció Al Qaeda.
En aquella época no existían las mismas palabras que ahora. Los yihadistas eran valerosos muyaidines. Reagan los llamaba “combatientes por la libertad”.