Las páginas económicas son negras cuando se trata de una Europa que ha entrado en recesión, mientras que resplandecen cuando se refieren a los países del Extremo Oriente, como Vetnam, cuyo crecimiento económico ha alcanzado su nivel más alto en 10 años.
Es la ley del desarrollo desigual; el futuro ecconómico se ha ido al otro extremo del mundo. El crecimiento del producto interior bruto de Vietnam alcanzó el 8 por cien este año, su nivel más alto desde 2011, según cifras publicadas esta mañana.
A causa de los confinamientos, durante dos años el país registró un crecimiento históricamente bajo, en torno al 3 por cien, pero sin las restricciones sanitarias, este año ha recuperado el pulso gracias a la pujanza de las exportaciones y las ventas minoristas.
Antes de los confinamientos, Vietnam era la economía asiática de más rápido crecimiento, con un 7 por cien en 2019. Este año, ese nivel se ha superado por encima de los objetivos del gobierno, que eran del 6 al 6,5 por cien.
Sin embargo, la tendencia se ralentizó en el último trimestre del año, con un crecimiento del 5,9 por cien en el periodo octubre-diciembre respecto al año pasado.
La inflación mundial, así como los efectos de la Guerra de Ucrania, también repercutieron negativamente en las exportaciones, que cayeron un 6,1 por cien interanual.
A principios de este mes, el Banco Asiático de Desarrollo pronosticó un crecimiento del 7,5 por cien para la economía de Vietnam este año, al tiempo que advertía de que las exportaciones se debilitarían. Las previsiones son que el crecimiento se ralentice hasta el 6,3 por cien para el año que viene.
La fuerte subida del coste de la vida en Europa y Estados Unidos, principales mercados de los productos vietnamitas, ha provocado una caída del poder adquisitivo de los consumidores occidentales.
Según la Confederación Vietnamita del Trabajo, casi medio millón de trabajadores han visto recortadas sus horas de trabajo en los últimos cuatro meses de este año, mientras que unas 40.000 personas han perdido su empleo.