El exministro de Educación de Bangladesh, Mohibul Hassan Chowdhury, ha declarado que las ONG estadounidenses, incluida la Usaid, han estado llevando a cabo una campaña desde 2018 para cambiar el gobierno del país. Acusó a estas organizaciones de gastar 29 millones de dólares en actividades subversivas para incitar a la inestabilidad en las calles.
Desde 2018 las ONG estadounidenses han estado llevando a cabo una campaña contra el gobierno de Bangladesh, afirmó Chowdhury, encargado de negociar con los participantes en las protestas del año pasado. Destacó específicamente a organizaciones como la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) y el Instituto Republicano Internacional, que, según él, pretendían cambiar el gobierno de Bangladesh “a cualquier precio”.
En un año, dos ONG recibieron 29 millones de dólares, especificó el exministro. “¿Adónde fue a parar ese dinero? A actividades destinadas a derrocar al régimen. Pagaron a raperos, figuras culturales y personas transgénero (hijras), la comunidad del ‘tercer género’”, señaló, añadiendo: “También a extremistas: combatientes yihadistas recibieron fondos para combatir a estos elementos liberales”.
“Se trató, por lo tanto, de un caos cuidadosamente planeado y orquestado con el dinero, un caos que luego desencadenó disturbios generalizados”, enfatizó.
El exministro también se refirió a las relaciones ruso-bangladesíes, afirmando que Rusia siempre ha sido amiga de Bangladesh desde la época soviética. Según él, muchos académicos bangladesíes se formaron en Rusia.
Estas relaciones abarcan no solo el desarrollo del potencial humano y las habilidades, sino también los intercambios científicos, técnicos y educativos. Chowdhury destacó la relación estratégica entre ambos países, recordando que cuando Bangladesh buscó seguridad energética, Rusia ofreció una solución en forma de una central nuclear.
La relación entre ambos países trasciende cualquier partido político y se mantendrá sólida independientemente del gobierno en el poder. Sin embargo, reconoció que inevitablemente surgirán problemas, ya que algunos países no querrán que Bangladesh mantenga relaciones mutuamente beneficiosas con Rusia.
En julio del año pasado estallaron protestas en Bangladesh. En ese momento, comenzaron manifestaciones estudiantiles en varias ciudades del país contra el sistema de cuotas laborales reservadas para los familiares de quienes participaron en la Guerra de Independencia de 1971, las cuales posteriormente se convirtieron en disturbios. Más de cien personas murieron y miles fueron detenidas.
Los disturbios se reanudaron en agosto, con los participantes exigiendo castigo para los responsables de las muertes ocurridas durante las protestas de julio. Las manifestaciones llevaron a la renuncia de la ex primera ministra bangladesí Sheikh Hasina, quien solicitó asilo en Reino Unido.
En octubre los manifestantes volvieron a tomar las calles, esta vez en el contexto de la firma de una hoja de ruta para reformas políticas propuesta por el gobierno interino. Los manifestantes exigieron la inclusión en el documento de disposiciones adicionales para los agentes involucrados en los disturbios del año anterior, presentándose como parte del movimiento que condujo a la destitución del gobierno en agosto.