Los científicos chinos descubren 30 variantes distintas del coronavirus

Una de las múltiples leyendas que están difundiendo algunos científicos sobre el coronavirus es que, además de estar bien definido, aislado e identificado, es uniforme, o sea, igual a sí mismo en todas partes.

Eso ha conducido a un error terapéutico: los hospitales de todo el mundo están operando como si sólo hubiera una única enfermedad, independientemente de la cepa y, por supuesto, del enfermo.

Eso está muy lejos de la ciencia. Ni siquiera en Wuhan hay un único virus. Un equipo de investigadores de la Universidad de Zhejiang dirigido por Li Lanjuan acaba de publicar un interesante artículo científico sobre el coronavirus (*) que identifica al menos 30 variantes diferentes del mismo en personas de la misma localidad.

Si en China hay 30 variantes del virus, en otros países las cepas son diferentes a las chinas y también diferentes entre sí. En Nueva York y la costa oriental de Estados Unidos, por ejemplo, las cepas detectadas son similares a las encontradas en Europa, mientras que en el oeste se parecen más las cepas encontradas en China.

El equipo de Li analizó las distintas cepas de 11 pacientes de coronavirus seleccionados al azar en Hangzhou, probando la eficacia con la que cada una de ellas podía matar células.

La existencia de distintas cepas pone en duda, además, la eficacia de los tests de detección y, naturalmente, que sea posible descubrir esa milagrosa vacuna por la que todo el mundo suspira y que, por más que se empeñen en prometer lo contrario, correrá la misma suerte que el HIV, el llamado virus del Sida, que lleva 35 años esperando su propio milagro.

De las 30 cepas detectadas, 19 no habían sido descubiertas anteriormente. La letalidad de cada una de ellas es diferente. Las cepas más agresivas generan hasta 270 veces más carga viral que las cepas más débiles. Las cepas agresivas también matan las células humanas más rápidamente.

En las distintas cepas también cambian las funciones de sus características proteínas puntiagudas con las que se unen a las células humanas.

(*) https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2020.04.14.20060160v2

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