Sexo, mafia y poder en el gobierno de Estados Unidos (8)

Roy Cohn y Joe McCarthy en plena caza de brujas
Whitney Webb

Durante la década de 1950 las relaciones de Roy Cohn lo convirtieron en una figura pública muy conocida y resultaron en una gran influencia política, que alcanzó su apogeo durante la presidencia de Ronald Reagan. Sin embargo, mientras Cohn estaba construyendo su reputación pública, también estaba desarrollando una oscura vida privada, que resultaría estar dominada por la misma influencia del chantaje pedófilo que parecía haber comenzado con Lewis Rosenstiel.

Una de las “fiestas del chantaje” a las que asistió Susan Kaufman con su entonces marido Lewis Rosenstiel fue organizada por Cohn en 1958 en el Hotel Plaza de Manhattan, suite 233. Kaufman describió la suite de Cohn como “magnífica, decorada en azul claro”. Describió su encuentro con Hoover, que estaba vestido de mujer, y con Cohn, que le informó de que el nombre de Hoover era “Mary” en un ataque de risa loca apenas contenida. Kaufman testificó que había chicos jóvenes presentes y Kaufman afirmó que Cohn, Hoover y su ex marido tuvieron relaciones sexuales con esos menores.

El abogado neoyorquino John Klotz, encargado de investigar a Cohn un caso mucho después del testimonio de Kaufman, también encontró pruebas sobre la “suite azul” del Hotel Plaza y su papel en un círculo de extorsión basada en el sexo, después de revisar documentos del gobierno local e información recopilada por detectives privados. Klotz compartió lo que había comprobado con el periodista Burton Hersh: “Roy Cohn ofrecía protección. Había muchos pedocriminales involucrados. De ahí sacó Cohn su poder: del chantaje”.

Sin duda la confirmación más espantosa de las actividades de Cohn en la suite 233 proviene de las declaraciones hechas por el propio Cohn al ex detective del Departamento de Policía de Nueva York y ex jefe de la División de Delitos de Trata de Personas y vinculado al Vicepresidente del Departamento de Policía de Nueva York, James Rothstein. Rothstein informó más tarde a John DeCamp -un ex senador del estado de Nebraska que investigó un círculo de pedófilos vinculado al gobierno de Omaha- que Cohn había admitido formar parte de una operación de chantaje sexual dirigida contra políticos con menores de edad prostituidas, durante una entrevista con el ex detective.

Rothstein le dijo a DeCamp sobre Cohn: “El trabajo de Cohn era dejar ir a los niños pequeños. Digamos que tuvieras un almirante, un general, un parlamentario que no quería seguir el programa. El trabajo de Cohn era atraparlos, y luego giraban suavemente. Cohn me lo dijo él mismo”.

Rothstein le dijo más tarde a Paul David Collins, un ex periodista que se convirtió en investigador, que Cohn también había identificado esta operación de chantaje sexual como parte de la cruzada anticomunista de la época.

El hecho de que Cohn, basándose en los recuerdos de Rothstein, afirmara que el círculo de chantaje pedófilo era parte de la cruzada anticomunista respaldada por el gobierno sugiere que elementos del gobierno, incluido el FBI de Hoover, podrían haber estado vinculados a él a una escala mucho mayor que la participación personal de Hoover, mientras que el FBI coordinó estrechamente con McCarthy y Cohn durante la mayor parte de la caza de brujas.

También vale la pena señalar que entre los muchos archivos de chantaje secretos de Hoover había un gran archivo sobre el senador McCarthy, cuyo contenido sugería fuertemente que el propio senador estaba interesado en las chicas jóvenes. Según el periodista y escritor David Talbot, el expediente sobre McCarthy de Hoover estaba “lleno de historias inquietantes sobre la obsesión de McCarthy por tocar a tientas los pechos y las nalgas de las chicas jóvenes cuando estaba borracho”. Las historias eran tan conocidas que todo el mundo lo sabía en la capital, según un cronista del FBI.

En su libro “El tablero del diablo”, Talbot también cita a Walter Trohan, jefe de la oficina del Chicago Tribune en Washington, como testigo personal de la obsesión de McCarthy por abusar de mujeres jóvenes. “No se podía privar de poner sus manos sobre las chicas”, dijo Trohan más tarde. “¿Por qué la oposición comunista no lo atrapó con una menor de edad para gritar que la habían violado?” La respuesta puede estar en que quienes “atraparon” a sus enemigos políticos con los menores fueron los aliados y asociados cercanos de McCarthy, no sus enemigos.

https://www.mintpressnews.com/shocking-origins-jeffrey-epstein-blackmail-roy-cohn/260621/

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