¿Por qué los hongkoneses no están luchando por la independencia?

Carmen Parejo

Hong Kong es un territorio que fue colonia del Imperio Británico hasta 1997. Dentro de los acuerdos para devolver su soberanía a China estaba mantener su modelo económico capitalista y derechos de autonomía para el conjunto del territorio. Al modelo se le llamó “Un país, dos sistemas”.

Estos condicionantes han supuesto durante estos años que Hong Kong haya mantenido una estructura fuertemente estratificada, a través del dominio de varias familias influyentes herederas del imperio británico, que han consolidado la desigualdad social y política en la zona. Esto incluye el control de la mayoría de los colegios y centros educativos, privados, bilingües y adaptados a la difusión del pensamiento colonial británico. Las “nada sospechosas” donaciones a las universidades. Así como el control de los sectores estratégicos, o del acceso a la vivienda a través de un oligopolio que fija al alza los precios al alquiler (solo el 50% de las viviendas en uso son en propiedad), e incluso a través del control sobre los supermercados igualmente por las mismas pocas manos…

“Dos décadas después de que Gran Bretaña entregara la excolonia a China, sus ciudadanos más ricos –multimillonarios como Li Ka-shing y Lee Shau Kee– prosperan, gracias al alza en los precios de los bienes inmuebles y su control oligopólico sobre los puntos de venta minoristas, las empresas de servicios públicos, las telecomunicaciones y los puertos de la ciudad”.

Denunciaba un artículo de EconomíaHoy.mex en 2017 en alusión a que Hong Kong es hoy por hoy el lugar más desigual de todo Asia (*).

En 2018, los datos confirmaban que había más de 1 millón de personas en la pobreza, o el 14,7 por ciento de la población. Datos que no conseguían ser revertidos pese al incremento del gasto en Bienestar social del Gobierno Chino en la región, un gasto que en 2018 llegaba casi al doble del nivel de 2009; y que convertía a Hong Kong en la segunda área de gasto en magnitud después de la educación, según confirmó el propio Secretario Jefe de Administración del Gobierno de Hong Kong, Matthew Cheung Kin-chung. La República Popular China, el país que ha sacado a millones de la pobreza, ni con el sobre esfuerzo destinado conseguía dar la vuelta a esta situación, primando mantener los acuerdos establecidos en 1997.

Es decir, tras dejar de ser colonia los magnates creados al amparo del imperio, se garantizaron por los acuerdos de mantenimiento del sistema capitalista y la autonomía, una acumulación cada vez mayor de capital. Hasta tal punto que la riqueza de los diez individuos más ricos representa en la actualidad casi la mitad de todo el PIB de Hong Kong.

Acuerdos de extradición

La administración de Hong Kong propuso por primera vez estos cambios en febrero de este mismo año, a raíz de la polémica suscitada por el caso de un hongkonés, Chan Tong-kai, que era buscado por el presunto asesinato de su novia embarazada mientras los dos estaban de vacaciones en Taiwán. Las autoridades dijeron que no podía ser enviado de regreso a Taiwán para ser juzgado porque no había un acuerdo formal de extradición entre los dos territorios.

Y efectivamente así es, los acuerdos de extradición de Hong Kong se negociaron en 1997 cuando Reino Unido devolvió el territorio a China. Taiwán, Macao y el continente no fueron incluidos en ese acuerdo. Sin embargo, Hong Kong si tiene tratados bilaterales de extradición con 20 países, incluidos el Reino Unido, EE.UU o vecinos como Singapur.

Por otra parte, a la reforma planteada hay que añadir que contemplaba la inclusión de los delitos económicos y financieros en el proyecto de ley, esto facilitaría que tribunales de China continental pudiesen solicitar a tribunales de Hong Kong congelar y confiscar los activos relacionados con delitos cometidos en China continental. Es decir, un freno al paraíso fiscal oriental enriquecido según múltiples denuncias por la fuga de capitales y el lavado de dinero de actividades delictivas procedentes de diversas partes del mundo. Una de sus víctimas en efecto es el propio Estado Chino.

Sirva como ejemplo para comprender este papel histórico de Hong Kong en el movimiento de grandes capitales y delincuencia, el escándalo en 2012 de la Corporación Bancaria de Hong Kong y Shanghai (HSBC), el banco más grande de Europa creado e inflado por los británicos, y que demostraba para sorpresa de los más despistados que quién encabezó el tráfico de opio en el siglo XIX, controlaba entonces el 60% del lavado del dinero del narcotráfico que llegaba a través de México hacia Estados Unidos. Solo tres años después sería además investigado tras aparecer en la famosa Lista Falciani por sus actividades de lavado de dinero esta vez en Suiza.

Es en este contexto en el que se inician unas manifestaciones extremadamente violentas.

Más allá de estos problemas de carácter endógeno, es vital atender también a cuál es la situación internacional en la que se desarrolla el conflicto actual. Sobre todo porque hasta el momento parece ser que China no es el principal problema para la independencia de Hong Kong y los derechos de sus habitantes. De hecho pese a que el gobierno de Hong Kong retiró la reforma prevista las violentas manifestaciones no han cesado.

La gobernanza global y el ciervo herido anglosajón

Aunque habitualmente oímos hablar a modo eufemístico de la política proteccionista estadounidense en realidad de lo que hablamos es de que la economía y hegemonía de EEUU para ser protegida, según su modelo capitalista en fase imperialista, debe someter, expoliar y controlar al resto de los países del mundo. Ese es su modelo de “autoprotección”.

En un mundo cada vez más multipolar, con un fuerte crecimiento económico de países como China o Rusia que apuestan por otro modo de hacer las cosas, donde además las agresiones unilaterales de EEUU y sus títeres de la OTAN pierden fuerza por las alianzas de resistencia que se van creando para hacerle frente (veáse los casos de Siria o Venezuela); el papel hegemón de EEUU como heredero natural de aquel Imperio Británico, cada vez está más cuestionado.

Una muestra de ello son las distintas políticas llevadas a cabo fundamentalmente por los dos últimos presidentes de EEUU, Barack Obama y Donald Trump. El primero a bombazo limpio siendo el presidente, de un país que solo ha estado 6 años en paz de poco más de 200 que tiene, que en más guerras a la vez ha estado implicado. Y tomando el testigo a Donald Trump que además ha endureciendo sanciones y bloqueos criminales a diestro y siniestro. Unas políticas que lejos de demostrar fuerza, si analizamos en profundidad demuestran lo herido que está el ciervo imperial.

La República Popular de China en oposición crece en lo económico, crece en sus relaciones comerciales, saltándose en muchos casos los bloqueos criminales y por tanto apoyando a los países agredidos por el imperialismo estadounidense; y crece también y en consecuencia en influencia política. Siendo objetivamente el único país en el mundo que de hecho puede acabar con el poder hegemón de los EEUU.

Así se inician varias agresiones cada vez menos sutiles contra China, la última y más sonada fue la guerra comercial contra Huawei, de la que EEUU volvió con el rabo entre las piernas incluso antes de empezar la batalla.

No es casualidad que estas manifestaciones, que de tener un sentido es un sentido interno entre Hong Kong y China, estén rodeadas de la marca Washington DC.

Así los violentos manifestantes portaban banderas estadounidenses y británicas (curiosa lucha de independencia que usa de estandarte el símbolo que los colonizó). Así tampoco es de extrañar que en la tarde del 6 de agosto varios organizadores de disturbios se reunieran con personal del consulado general de los Estados Unidos en un hotel siendo fotografiados por ciudadanos de Hong Kong.

Medios como China Daily, afirman que la diplomática que aparece en las fotografías, y que actualmente trabaja en la sección política del consulado en Hong Kong, habría estado previamente destinada en Oriente Medio, tanto en Arabia Saudí como de asistente de prensa en la embajada estadounidense de Bagdad. ¿No os suena este tipo de película?

Espero haber aclarado un poco porqué esto no es un asunto de independencia y de “China imperialista” y otros sinsentidos teóricos y prácticos. De hecho China ha respetado todos los acuerdos, incluso cuando no le han beneficiado, incluso cuando iban en su contra. ¿Han hecho lo mismo los británicos y sus herederos naturales estadounidenses?… ¿No resulta un tanto extraño quien coordina y está detrás de esas protestas? ¿No es al menos un elemento a tener en cuenta el momento en el que surgen? ¿Se puede luchar por una independencia cuando la agenda está marcada por los intereses del imperialismo anglosajón? ¿No os huele un poco feo?

Ojalá los miles de hongkoneses que actualmente están bajo el umbral de la pobreza pudiesen revertir esta situación como pasó en Shenzhen, como está pasando en el Tibet rural… Ojalá los hongkoneses pudiesen de verdad ser independientes, independientes de la influencia del lastre del imperio británico y de la utilización geopolítica de un imperialismo anglosajón en decadencia que piensa morir matando.

(*) https://www.economiahoy.mx/internacional-eAm-mexico/noticias/8429860/06/17/Hong-Kong-la-ciudad-mas-desigual-de-Asia-donde-solo-viven-bien-los-magnates.html

http://www.revistalacomuna.com/internacional/por-que-los-hongkoneses-no-estan-luchando-por-la-independencia/

Más información:
– Hong Kong: una mano negra mueve los hilos de la guerra comercial contra China
– Hong Kong y Moscú: autopsia de las ‘revoluciones de colores’
– El imperialismo estadounidense dirige la desestabilización de Hong Kong

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