El asesinato de Kennedy 50 años después (9)

Todos los hilos conducen al mismo sitio
 
Juan Manuel Olarieta

Todos los nombres que tienen relación con el asesinato de Dallas forman parte de un círculo reducido de pistoleros presentes en los mismos lugares y en los mismo momentos. Se conocían entre sí. En agosto de 1978 Victor Marchetti, agente de la CIA, publicó un artículo en el periódico «Spotlight» en el que aludía a un informe de la Agencia de 1966 según el cual Sturgis, E. Howard Hunt y otros habían estado involucrados en el asesinato de Kennedy. Marita Lorenz habría provisto la información para el operativo.
Hunt le acusó de un delito de injurias, pero Marchetti no se había inventado el artículo. Su fuente principal había sido William Corson, coronel de la inteligencia naval, aunque también había entrevistado, entre otros, a un sujeto tan oscuro como James Angleton, miembro de la CIA, de Gladio y de otras cloacas parecidas. Hubo numerosos litigios con resultados contradictorios, pero en 1995 un jurado absolvió a Marchetti.
Ese mismo mes, Joseph Trento y Jacquie Powers escribieron una historia similar para el «Sunday News Journal».
Aunque Hunt, asistente personal de Allen Dulles, escribió muchas novelas de espías, le costó empezar a hablar sobre algo que no fuera ficción. Desde el derrocamiento de Jacobo Arbenz en Guatemala en 1954, estuvo en todos los guisos. Es posible que fuera uno de los que estuviera en Bolivia para transmitir la orden de asesinar al Che. En 1971 se unió al equipo de «fontaneros» de Nixon que organizó el asalto a Watergate, por lo que fue condenado por conspiración.
Al salir de la cárcel militar en la que cumplió casi tres años de su reclusión, Hunt siguió siendo fiel a sí mismo. No hizo otra cosa que seguir tejiendo los infundios y las cortinas de humo para los que le habían entrenado en la CIA. En 1973 publicó su libro «Give Us This Day» en el que dice que Oswald era un marxista, partidario de Fidel y de «la revolución roja en La Habana».
No se soltó la lengua hasta 2004, cuando poco antes de morir su hijo le grabó varios audios en los que confirmaba que el presidente Johnson fue el instigador del asesinato de Kennedy, que fue organizado, entre otros, por su viejo colega Sturgis. Tampoco entonces añadió nada que no se sospechara, pero contribuyó a reafirmar algunas líneas de investigción. Buena prueba de su interés es que dichas grabaciones pasaron casi desapercibidas, en un país donde el asesinato de Kennedy vende cualquier exclusiva.
Según publicó el diario «Florida Sun Sentinel» el 4 de diciembre de 1963, Sturgis conoció a Oswald en Miami dos días antes del asesinato de Kennedy. Oswald le pidió incorporarse a la Brigada Anticomunista que había formado Sturgis para invadir Cuba. Hay fotos de ambos en un campo de entrenamiento de Operacion 40.
Watergate es, pues, uno de los hilos perdidos del asesinato de Kennedy. Habían transcurrido nueve años desde entonces. Además de una cortina de humo, Watergate fue un robo organizado por la CIA para encubrir su participación en la invasión de Playa Girón y el asesinato de Kennedy. No se trataba de un caso de espionaje político, como decían Woodward y Bernstein.
Así lo explicó Sturgis cuando estaba en prisión. En agosto de 1974 este pistolero de la CIA concedió una entrevista al semanario «True Magazine» en la que afirmó que lo que buscaban en Watergate era un informe del gobierno cubano sobre las operaciones encubiertas de la CIA dentro de Estados Unidos, algo que prohíbe la legislación de aquel país. Desde luego que el asesinato de un presidente también está prohibido, pero para algunos era más importante esa injerencia de la CIA en sus asuntos internos.
El 7 de mayo de 1990, en otra entrevista, Sturgis fue más concreto. Reconoció a un periodista del «San Francisco Chronicle» que Nixon ocultó la verdad sobre el asesinato de Kennedy, al tiempo que reconoció su participación en el mismo: «La razón por la que nosotros robamos en Watergate fue porque Nixon estaba interesado en parar las filtraciones de noticias relacionadas con las fotos de nuestro rol en el asesinato del Presidente John F. Kennedy».
Pero Sturgis seguía sin aclarar cual había sido ese rol. En 1978 ante el Comité de Asesinatos del Congreso, Marita Lorenz aseguró que fue él, Sturgis, uno de los autores de los disparos contra Kennedy en Dallas.
En un artículo publicado en la revista «The Realist» Paul Kangas afirma: «Entre otros miembros de la CIA que George Bush reclutó para la invasión [de Playa Girón] estaban Frank Sturgis, Howard Hunt, Bernard Baker y Rafael Quintero […] El día que JFK fue asesinado, Hunt y algunos del posterior equipo de Watergate fueron fotografiados en Dallas, así como un grupo de cubanos, uno de ellos con una sombrilla en alto, como señal, al lado de la limusina del Presidente, justo donde Kennedy fue tiroteado […] Hunt y Sturgis le dispararon a JFK desde el montículo de hierba. Fueron fotografiados y vistos por 15 testigos».
Pero si quienes dispararon a Kennedy fueron Hunt y Sturgis, ¿cuál fue el rol de Oswald?

Serie completa: El asesinato de Kennedy 50 años después

– El club de los hijos de puta (1)
– De la alta sociedad a los bajos fondos (2)
– El escenario del crimen: Dallas (3)
– Operación Paperclip (4)
– La aristocracia del espionaje nazi en Estados Unidos (5)
– La camarilla nazi-zarista de Dallas (6)
– El chivo expiatorio: Lee Harvey Oswald (7)
– La infiltración de Oswald en los medios progresistas (8)
– Todos los hilos conducen al mismo sitio (9)
– El asesinato del asesino (10)
– Epílogo para un crimen perfecto (y 11)
– ‘Tenemos que convencer al público de que Oswald es el verdadero asesino de Kennedy’

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