Las protestas contra el confinamiento se multiplican en todo el mundo. El sábado en Roma miles de personas se lanzaron a la calle para protestar por las restricciones impuestas con el pretexto de la pandemia.
También se celebró otra manifestación en Melbourne por el mismo motivo, donde se produjeron enfrentamientos y la policía detuvo a 15 personas. Otros 150 fueron multados por no llevar mascarilla.
La ley marcial está siendo especialmente implacable en Australia, donde los derechos fundamentales han pasado a la historia y reina el terrorismo de Estado. Las manifestaciones, por ejemplo, están prohibidas.
En Melbourne el confinamiento, que debía acabar la semana que viene, se ha prolongado hasta el 28 de este mes de setiembre. Los vecinos sólo pueden salir al aire libre durante una hora al día y en un área restringida. Por la noche han impuesto el toque de queda.
Pero la dignidad de las personas no se mide por permanecer en casa callados, sino por gritar en la calle, que es lo que hizo en Melbourne una población que ha vencido el miedo y está ya harta.
Los convocantes lo llamaron “El Día de la Libertad”. En las calles se oyeron los cánticos y tras ellos la policía, que hizo un despliegue de efectivos inusual, cargó contra los manifestantes.
Para intimidar, en los días previos, la policía detuvo a varias personas que habían convocado a la manifestación en Facebook, como ya hemos relatado en otra entrada.