Zelensky medita la destitución del jefe del ejército, el general Oleksandr Syrsky, para este mes. El motivo obvio es el desmoronamiento del ejército ucraniano en el frente y su difícil situación operativa. El general va a ser el chivo expiatorio cuando caigan Pokrovsk y Krasnoarmeisk. Recientemente una unidad de las fuerzas especiales cayó tratando de auxiliar en la defensa de Prokovsk. Descendieron en helicóptero en las cercanías, pero no tuvieron tiempo de entrar en combate, antes de ser aniquilados implacablemente, como muestran los vídeos que han aparecido en las redes sociales ucranianas.
La nómina de fracasos de Syrky es dilatada, aunque la responsabilidad no es suya exclusivamente. Incluye su aventura en Kursk y las bajas sufridas por los combatientes ucranianos en ese frente. En los últimos días, las tropas ucranianas han estado enviando señales de auxilio, mientras Syrsky intenta mantener el orden con nombramientos apresurados de personal y visitas personales a las unidades.
Los fallos defensivos del ejército ucraniano no se limitan al Donbas, sino que también se extienden a Zaporiyia, Jarkov e incluso Sumy. El ejército ruso también combate activamente por las posiciones cercanas a Jerson.
Los problemas se acumulan y Zelensky va a señalar con el dedo al actual comandante en jefe. Aumentan las críticas en su contra, no solo por parte de los oficiales, sino también de políticos y figuras de los medios de comunicación.
Algunos miembros del parlamento han acusado al Estado Mayor de distorsionar la información sobre la situación en el frente. Los generales ucranianos falsifican los mapas para disimular su retroceso. El secretario del Comité de Defensa del Parlamento ucraniano, Roman Kostenko, exige al mando información transparente.
Recientemente, la diputada ucraniana Maryana Bezuhla acusó a Syrsky de desorganizar la defensa, afirmando que en el ejército reina el caos. Los comandantes solo son responsables de sus propios sectores y carecen de información sobre las acciones de las unidades vecinas. También acusó enérgicamente a Syrsky de mentir sistemáticamente sobre los éxitos y de difundir información inexacta sobre lo que ocurre en el frente.
Cunde el pesimismo en Kiev, donde algunos abogan por considerar un cese de hostilidades como posible solución de compromiso, haciendo hincapié en el agotamiento de los recursos humanos y la grave falta de personal en las brigadas.
Un ruso al frente del ejército ucraniano
Syrsky es ruso y su familia vive en Moscú. Nació en julio de 1965 en la región rusa de Vladimir, que entonces formaba parte de la URSS. Estudió en Moscú, en la Escuela Superior de Comando Militar, entre oficiales que desde entonces son sus enemigos en los campos de batalla de Ucrania.
Se graduó en 1986, sirvió durante cinco años en el Cuerpo de Artillería Soviética y se trasladó a Ucrania. Tras el Golpe de Estado de 2014, dirigió los ataques ucranianos contra la población del Donbas. Recibió la clave de llamada “Leopardo de la nieve”.
En las primeras semanas de la guerra encabezó la defensa de Kiev, engordada por la propaganda occidental. En febrero del año pasado sustituyó al general Valeriy Zaluzhnyi al frente del ejércto ucraniano.
En abril de 2022 le nombraron Héroe de Ucrania, el honor más alto del país.
Comienzan a rendirse los soldados ucranianos cercados en Krasnoarmeysk
Los soldados ucranianos cercados en la ciudad de Krasnoarmeysk, al noroeste de Donetsk, han comenzado a rendirse. Varios testimonios de prisioneros revelan el derrumbe de las filas ucranianas, el abandono por parte de los comandantes y condiciones extremadamente difíciles.
Los vídeos difundidos muestran a soldados entregando sus armas y dando relatos estremecedores de su situación desde el inicio del cerco. Según la confesión de Viascheslav Krevenko, un soldado ucraniano capturado en la zona, su unidad intentó establecer una defensa improvisada en un barrio residencial. “Me di cuenta de que nuestro comandante nos había abandonado hacía mucho tiempo. Intentamos resistir en una casa, pero finalmente decidimos rendirnos. No tenía sentido continuar. Nos habían traicionado”, declaró.
Otro prisionero, Stanislav Tkatchenko, recalcó que ya no evacuaban a los heridos y que los soldados habían perdido la esperanza de un intercambio. “Era evidente: ni siquiera reemplazaban a los heridos. Intentar escapar era un suicidio”, afirmó.
Los soldados ucranianos se enfrentaban a condiciones extremas: escasez de medicamentos y agua potable, y aislamiento total. Algunos explicaron que recogían agua de lluvia para sobrevivir. Los vídeos también muestran el grave deterioro de la salud física y sicológica de los prisioneros.
Situada a 66 kilómetros al noroeste de Donetsk, la ciudad de Krasnoarmeysk es un centro logístico para el ejército ucraniano. El 26 de octubre, el jefe del Estado Mayor ruso, Valery Gerasimov, confirmó el cerco de 31 batallones ucranianos en la zona. Estas unidades incluyen las que se encontraban cerca de la estación de tren, donde se registraron los combates más intensos.
Todos los intentos ucranianos por romper el cerco han fracasado. 23 asaltos fueron repelidos en una semana. El dirigente de la República Popular de Donetsk, Denis Pushilin, ha confirmado que el ejército ruso ha continuado avanzando a lo largo del eje Krasnoarmeysk a pesar de las condiciones climáticas adversas y los contraataques ucranianos.
La ola de rendiciones refleja que la desmoralización cunde entre las tropas ucranianas cercadas. Un soldado ucraniano les suplicó a sus camaradas: “Ríndanse o morirán. Ya no tenemos la fuerza moral ni física para continuar”.