Las empresas chinas de armamento están aprovechando las sanciones impuestas a los rusos y la disminución de la influencia de Francia en África Occidental para aumentar su cuota de mercado en la región.
El holding Norinco (China North Industries Corporation) ha abierto una oficina de ventas en Dakar, la capital de Senegal, para respaldar su expansión comercial en África occidental.
A través de esta nueva sucursal pretende responder a la creciente demanda de equipamiento militar en la región, particularmente en países como Mali, Níger, Burkina Faso y Guinea, donde las juntas militares han asumido el gobierno en los últimos años.
Norinco y otras marcas de armas chinas buscan aumentar su cuota de mercado en África, mientras que la guerra en Ucrania ha reducido considerablemente la capacidad de Rusia para abastecer a los países del Continente Negro.
Al mismo tiempo, estos grupos intentan aprovechar la disminución de la influencia de Francia en África Occidental para posicionarse mejor en ese mercado. La creciente oposición a Francia en la región podría complicar su papel como el primer socio militar de muchos de los países de la región.
Norinco ya cuenta con sucursales en Sudáfrica, Nigeria y Angola.
Como consecuencia de las crisis provocadas en el Sahel tras la guerra contra Libia, el comercio de armas se ha disparado en los países de la región. Las mayores ventas de armas en la zona se registraron en Mali, con un aumento de 210 por cien en comparación con los cinco años anteriores.
Rusia fue su principal proveedor durante estos dos períodos, pero también recibió importantes cantidades de armas de Brasil, China, Francia, Sudáfrica, España, Turquía, Emiratos Árabes Unidos y Estados Unidos.
Los tres mayores importadores de armas del África subsahariana entre 2013 y 2017 son Angola, Nigeria y Mali.