– Ladilla: ¿qué le dice a este hombre? (le pregunta a un empresario señalando a un obrero)
– Empresario (o «Emprendedor», como le dicen ahora pensando que cambiando el lenguaje cambian la realidad): que trabaje más rápido.
– Ladilla (o Mosca Cojonera): ¿y cuánto le pagas? (le tutea)
– Empresario (o Capitalista): unos veinte machacantes al día…
– Ladilla: ¿de dónde sacas dinero para pagarle?
– E.: de vender mercancía…
– L.: ¿y quién la produce?
– E.: él…¡obviamente! (asevera rotundo).
– L (incansable haciendo preguntas): ¿cuánto produce por día?
– E.: produce unos 100 machacantes (moneda oficial del País de la Maravillas Capitalistas).
– L. (esta vez no pregunta, concluye): entonces no le pagas; él te paga 80 de los grandes al día por ser su jefe.
– E.: ¿eh? Pero yo soy el propietario de las máquinas (dice con la naturalidad de quien ve llover)
– L.: ¿y cómo compraste las máquinas?
– E.: vendiendo mercancía conseguí dinero (dice encendiendo el veguero que se le había apagado).
– L.: ¿y quién ha producido esa mercancía?
– E.: ¡cállate! No sigas que te han oído (dice indicando a un grupo de obreros que estaban atentos a la jugada).
Buenos días.