La semana pasada un tribunal austriaco absolvió a cinco personas, entre ellas el fundador de la empresa de mercenarios Blackwater, acusadas de exportar dos aviones fumigadores reacondicionados para fines militares sin los permisos necesarios.
La resolución del tribunal de Wiener Neustadt es ridícula. Dictaminó que los aviones modificados no eran “material de guerra” y que los acusados habían actuado “muy prudentemente” y solicitaron asesoramiento sobre los permisos de exportación.
El juicio se inició por una investigación sobre una empresa local, Airborne Technologies GmbH, que equipa aviones con sensores y otros equipos.
Los fiscales dijeron que dos aviones agrícolas Ayres Thrush estaban equipados con blindaje, tanques adicionales y una cámara especial que podía usarse para marcar e iluminar objetivos.
Uno fue enviado a Malta en 2014, con Kenia como destino declarado, y aterrizó en Sudán del Sur, mientras que el otro fue enviado a Bulgaria en 2015.
Los acusados violaron la ley austriaca sobre material de guerra al exportar dicho equipo sin permiso. Uno de los acusados, un piloto australiano, fue acusado de volar los dos aviones a través de las fronteras de Austria, mientras que los otros cuatro acusados participaron en el contrato. Se trataba del fundador de Blackwater, Erik Prince, dos cabecillas de Airborne Technologies y un piloto que fue contratado como asesor.
Todos se declararon inocentes cuando se inició el juicio y un abogado defensor dijo que las modificaciones del avión eran inocuas. El primer avión siempre tuvo a Kenia como destino, pero aterrizó en Sudán del Sur por “problemas técnicos”.
—https://www.usnews.com/news/business/articles/2023-12-14/austrian-court-acquits-blackwater-founder-and-4-others-over-export-of-modified-crop-spraying-planes