Conocido como el registro de “lobby”, aunque no todos de los que figuran allí se dedican a realizar tareas de “lobby”, ya que también hay “think tanks”, universidades y otras organizaciones como diferentes iglesias, que intervienen de alguna manera con su opinión y reflexiones sobre las políticas de la Unión Europea. Tanto la Comisión Europea como el Parlamento se han vinculado a la transparencia para informar sobre las reuniones y agendas que tienen con los miembros registrados, no siendo el caso del Consejo Europeo, que, a la postre, es el pilar institucional europeo más poderoso.
En el informe se recuerda que el Parlamento Europeo lleva camino de alcanzar los niveles de influencias externas del Congreso de Estados Unidos, donde aproximadamente la mitad de los congresistas se dedican a tareas de ‘lobby’, una vez concluido su mandato. Si en el caso de los europarlamentarios el porcentaje está en el 30 por ciento, en el caso de los Comisarios, equivalentes a ministros del Ejecutivo comunitario, supera el 50 por ciento.
Aparte del caso del presidente de la Comisión, Durao Barros, que fue contratado por Goldman Sachs, el informe destaca también el fichaje de Neelie Kroes, quien fuera comisaria de varias carteras, por la controvertida Uber, o, una vieja conocida en estos lares, Benita Ferrero-Waldner, a la que se le acusó de romper incluso el Código de Conducta, que rige para la cuarentena de los comisarios (ahora en 18 meses), al no haber informado de un contrato con Gamesa, empresa para la que empezó a trabajar el mismo mes de haber dejado la Comisión. Otros están en empresas tan poderosas como Volkswagen, Arcelor Mittal o Bank of America.
Si éste es el panorama de las personas más reconocibles, el informe deja entrever que aún es peor el de los tecnócratas que trabajan en la Comisión, más de 3.000 altos cargos, de los cuales muchos dejan la Comisión todos los años. La Comisión no ha prohibido a ninguno de estos altos cargos acceder a determinados empleos, a pesar de aprobar algunos en aparente grave conflicto de interés. Así, quien fuera director general de Energía, Philip Lowe, figura ahora en el Registro de “lobbies” como asesor del despacho de abogados Wimmer Hale, que ejerce tareas de “lobby” en Bruselas. También denuncia el estudio el caso de Bertrand Dumont, quien fuera jefe de gabinete del Comisario Barnier, que se encarga ahora de la regulación del mercado financiero en el banco HSBC (recordar que Barnier es además el encargado por Bruselas de negociar el Brexit).
El coladero de las autorizaciones y el nulo poder coercitivo de las cautelas se aprecia en el caso de Herve Jouanjean, que fue Director General en el negociado de Presupuesto hasta 2024 y fue fichado por Fidal, el mayor bufete de abogados de Francia, que le encargó de las relaciones con la Unión Europea.
El caso más revelador del poder de acción de los “lobbies” en la Unión Europea es el de Google. El estudio asegura que de los “lobistas” acreditados que trabajan para la multinacional estadounidense, el 57 por ciento trabajaron anteriormente en instituciones de la UE. Gracias al “Google Transparency Project” que ha aportado datos relevantes a un colectivo con sede en Berlín, el “Tactical Technology Collective”, sabemos que en los últimos diez años al menos han sido identificadas 80 personas que han trabajado para Google y gobiernos europeos.
La multinacional estadounidense ha cuadruplicado, entre 2012 y 2015, el dinero gastado en hacer “lobby” en la UE, que ahora excede los 4 millones de euros. Google reclama mucha transparencia a los gobiernos, empresas y público en general, pero no se aplica para sí mismo ese criterio, y esa es una de las razones por las que nación el citado “Google Transparency Project”. En el estudio del colectivo alemán sobre Google se aprecia que esta empresa recluta gente de gobiernos, tanto de la derecha como de la presunta izquierda, como ha sido el caso en el Reino Unido, en los mandatos de Blair y Cameron. Por dar una muestra de interés para los españoles, citamos a una española, Esperanza Ibáñez Lozano, actualmente manager de Políticas y Asuntos Públicos en Google, reclutada en junio de 2011 donde trabajaba en el ministerio de Justicia de España, como directora adjunta del gabinete del ministro Francisco Caamaño, habiendo trabajado también como asesora parlamentaria en el Senado.