A la izquierda Gerald Francis Ridsdale |
En la década de los ochenta comenzaron a surgir las denuncias en su contra, que derivaron en un primer juicio en 1994, en el que fue encontrado culpable y condenado a 18 años de prisión. Luego fue juzgado en el 2006, donde fue sentenciado a 13 años, y en el 2014, a ocho años más.
Está preso en la cárcel desde 1994, aunque aún se siguen investigando sus delitos. Se sabe que durante tres décadas abusó de cientos de menores de edad. Ridsdale ha reconocido además su responsabilidad en todos los delitos que se le imputaron.
El fiscal Jeremy McWilliams, a cargo de varias de la causas contra Ridsdale, comentó a la prensa algunos de los hechos aberrantes cometidos por el cura. Al diario “El Debate” comentó que en una de las agresiones sexuales a los menores, abusó de un niño y una niña tras el funeral de su padre, oficiado por él mismo.
Otro caso singular es aquel en el que despertó en medio de la noche a la hija de una familia a la cual brindaba apoyo espiritual y, con la complicidad de su padre, la llevó hasta la iglesia, donde abusó de ella. “La condujo hasta el altar donde la recostó y al oído le susurró que Jesús murió por nuestros pecados, entonces podemos ser perdonados y si confieso este pecado, podré ser perdonado”, relató el fiscal a la prensa australiana.
Entre las frases dichas a sus víctimas los expedientes muestran distintas amenazas. A un niño le dijo que la violación era “parte del trabajo de Dios”, pero que si se lo contaba a alguien, el Señor castigaría a su familia. “Es nuestro pequeño secreto, no le digas a tu mamá, o tu papá podría morir”, amenazó a otro.