En 2018 la Universidad John Hopkins se inventó una enfermedad y una pandemia, y realizó uno de esos simulacros de estilo militar. La enfermedad se llamaba “Clade X” y se contagiaba por la tos, con consecuencias parecidas a la gripe (1).
Pero el objeto del estudio, que se publicó en Youtube (2) como si fuera un videojuego, no era la pandemia sino la reacción política del mundo ante ella.
Naturalmente, no se ensayan simulacros con enfermedades leves de las que uno se cura quedándose en la cama y tomando infusiones de tomillo. Clade X era catastrófica porque no había vacuna para remediarlo. Era una de esas enfermedades “emergentes”, nuevas, de las que se desconoce casi todo.
No obstante, el modelo no era tan nuevo, ya que se basaba en el SARS de 2003, aunque llevado al paroxismo. Si al SARS sólo le imputaron 765 muertos, por lo que pasó muy desapercibido, salvo entre los especialistas, Clade X tenía que causar la muerte del 10 por ciento de la población mundial: 900 millones de personas.
“Los peores escenarios presentados en la ficción científica pueden quedarse cortos”, dijo El Confidencial entonces. Ante la magnitud de la catástrofe, el ejército estadounidense quedaba encargado de “reaccionar frente a la expansión de Clade X por todo el mundo”. Pero, ¿qué hará si Venezuela les pide ayuda?, preguntaba el periódico (3).
Este tipo de previsiones biopolíticas muestran, una vez más, que las universidades que llevan a cabo estas simulaciones no son otra cosa que fachadas del Pentágono e institutos de seguridad militar, por lo que todo el simulacro era una paranoia total, empezando por un virus fabricado por un grupo terrorista (4). ¿Se referían los universitarios a sí mismos?
Una simulación es mejor cuanto más se aproxima a la realidad y a veces son tan buenas que parecen reales. Ni siquiera los “expertos” de pacotilla son capaces de diferenciar la realidad de la ficción. Por eso Eric Toner, que trabajó en el ejercicio, dijo: “Va a suceder, pero no sé cuándo” (5).
Son palabras difíciles de interpretar. Es posible que, tratándose de un “experto”, sean una gilipollez. ¿Cómo podría expandirse una enfermedad ficticia? No obstante, es posible que hiciera alusión a otra enfermedad real, parecida al SARS, como el covid, por poner un ejemplo.
De esa manera los “expertos” demuestran sus dotes proféticas. Los sueños se hacen realidad. La vida es sueño. No hay diferencia entre la realidad y la ficción porque hay quien es capaz de hacer realidad sus sueños, e incluso sus peores pesadillas. “No han exagerado ni un pelo”, advirtió El Confidencial.
Desde hace al menos dos años ya se sabía que el mundo no estaba preparado para una pandemia parecida al SARS que estaba destinada inexorablemente a llevarse por delante a 900 millones de personas y, sin embargo, nadie se quiso dar por enterado. No sabe, no contesta.
Ante las mortíferas previsiones, los autores de la simulación recomendaron fortalecer los sistemas de salud, a pesar de lo cual todos los países siguieron haciendo lo contrario: imponer recortes presupuestarios en sanidad.
Por lo tanto, los gobiernos no siguen el consejo de los “expertos”, o sólo lo hacen cuando les conviene. En cualquier caso, la salud no les preocupa nada. Si han adoptado medidas draconianas durante esta pandemia no habrá sido por motivos de salud. Entonces, ¿cuál es el verdadero motivo?
(1) http://www.centerforhealthsecurity.org/our-work/events/2018_clade_x_exercise/index.html
(2) https://www.youtube.com/watch?time_continue=15&v=sJ1x8SlNxj0
(3) https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2018-08-02/pandemia-virus-muertes-clade-x_1600676/
(4) https://www.businessinsider.com/pandemic-virus-simulation-johns-hopkins-shows-vulnerability-2018-7
(5) https://www.publimetro.cl/cl/social/2018/08/01/cladex-enfermedad-epidemia-gripe.html