Los obispos católicos de Kenia acusan a dos organizaciones de la ONU de esterilizar a millones de niñas y mujeres al amparo de un programa de vacunación contra el tétanos patrocinado por el gobierno de Kenia, lo que le ha obligado a abrir una investigación.
Según una declaración publicada por la Asociación de Médicos Católicos de Kenia, la organización ha encontrado un antígeno que causa abortos involuntarios en una vacuna administrada a 2,3 millones de niñas y mujeres por la Organización Mundial de la Salud y UNICEF.
Según los informes, los sacerdotes de Kenia aconsejan a sus congregaciones que rechacen la vacuna. “Enviamos seis muestras de todo Kenia a laboratorios en Sudáfrica. Su resultado positivo fue el antígeno HCG”, una hormona producida por la placenta de mujeres embarazadas con efectos abortivos, dijo a la prensa local el doctor Muhame Ngare, del Centro Médico Mercy en Nairobi.
El doctor Ngare, portavoz de la Asociación de Doctores Católicos de Kenia, declaró en un boletín publicado el 4 de noviembre: “Esto demostró nuestros peores temores; que esta campaña de la OMS no trata de erradicar el tétanos neonatal, sino que se trata de un ejercicio de esterilización masiva, potente y bien coordinado, para el control de la población utilizando una vacuna comprobada que regula la fertilidad. Esta evidencia fue presentada al Ministerio de Salud antes de la tercera ronda de inmunización, pero fue ignorada”.
Pero el gobierno dice que la vacuna es segura. El ministro de Salud, James Macharia, dijo a la BBC que “recomendaría a mi propia hija y esposa que lo tomen, porque estoy totalmente de acuerdo y confío en que no tiene efectos adversos para la salud”.
Los obispos y los médicos advierten que inyectar HCG a las mujeres, que imita una hormona natural producida por mujeres embarazadas, hace que desarrollen anticuerpos contra ella. Cuando quedan embarazadas y producen su propia versión de HCG, desencadena la producción de anticuerpos que causan un aborto espontáneo.
“Sabíamos que la última vez que se utilizó esta vacuna con cinco inyecciones fue en México en 1993 y en Nicaragua y Filipinas en 1994”, dijo el doctor Ngare. “No causó abortos espontáneos hasta tres años después”, razón por la cual, agregó, las afirmaciones de que las mujeres que recibieron la vacuna recientemente y luego quedaron embarazadas no tienen sentido.
Ngare dijo que la OMS trató de llevar el mismo programa antifertilidad a Kenia en la década de 1990. “Alertamos al gobierno y detuvo la vacunación. Pero esta vez no lo han hecho”.
Ngare también comparó el secreto de esta campaña con la fanfarria habitual que acompaña los programas nacionales de vacunación. “Por lo general, reúnen a todos los interesados tres meses antes de la campaña, como lo hicieron con la polio hace poco tiempo. Y utilizan personal en todos los centros para distribuir la vacuna”.
Pero con esta campaña contra el tétanos, “solo unos pocos agentes del gobierno la han dado a conocer. Los vacunadores vienen con escolta policial y se llevan los resultados con ellos cuando terminan. ¿Por qué no dejarlo en manos del personal médico local para que lo administre?”
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