Fuad Ben-Eliezer, criminal de guerra |
Se retiró de la política en 2014 en medio de un escándalo judicial tras descubrirse una caja fuerte secreta de su propiedad que contenía cientos de miles de dólares no declarados.
El año pasado su mal estado de salud le impidió comparecer ante los tribunales para responder de los cargos de fraude y blanqueo de dinero.
De origen irakí, Ben-Eliezer ingresó en 1954 en el ejército israelí, donde ascendió hasta el grado de general gracias a las sanguinarias campañas militares contra los países vecinos.
Durante la guerra del Yom Kippur sirvió como comandante adjunto de la unidad Hativ, lo que le valió dirigir la división que dentro de Líbano selló la frontera con Israel con la ayuda del Ejército del Sur del Líbano.
El mencionado Ejército del Sur del Líbano lo formaron los militares israelíes obligando a los jóvenes libaneses a servir en sus filas contra los intereses de su propio país. Su tarea fue hacer el trabajo sucio de los militares israelíes en lugares tan siniestros como la cárcel de Al-Jiam en la que centenares de presos libaneses permanecieron detenidos y donde fueron torturados brutalmente.
La mayor parte de los presos Al-Jiam fueron secuestrados porque tenían familiares combatiendo en las filas de Hezbollah o por no querer colaborar con los ocupantes.
Siendo ministro de Defensa, entre 2001 y 2002, Ben-Eliezer ordenó la Operación Escudo Defensivo para aplastar a la resistencia palestina en Cisjordania durante la segunda intifada, en la que casi 500 palestinos fueron asesinados, entre ellos muchos civiles, e incluso niños.
A causa de la ferocidad israelí, la ONU ordenó finalizar la represión. Atrás Cisjordania quedó arrasada, numerosos edificios fueron derribados, especialmente las escuelas.