También en Rusia la propaganda pandémica de los medios ha querido conducir a la población a una alternativa: o la vacuna o el fin del mundo. Las diferencias son dos. Allí tienen su propia vacuna, de la que están muy orgullosos, y al partido de Putin, Rusia Unida, se le ha ocurrido hacer una encuesta sobre ella (o sobre cualquier otra vacuna).
Los resultados del sondeo son sorprendentes: a pesar de la presión mediática, el 73 por ciento de los encuestados no se van a vacunar contra el coronavirus (*). Prefieren el fin del mundo.
Además, un 4 por ciento dijo que no quieren ninguna vacuna porque ya han pasado la enfermedad.
La propaganda masiva ha vuelto a fracasar. Sólo un 52 por ciento de los rusos cree que haya un “segunda ola”.
Es posible que la propaganda tenga que intensificarse aún más, pero también es posible que el rechazo social sea aún mayor y que el gobierno de Putin tenga que regalar la vacuna a quien quiera ponérsela.
La otra alternativa es una vuelta de tuerca: obligar a la población a vacunarse, por las buenas o por las malas, es decir, pasar por encima de una opinión masiva de la sociedad.
La encuesta revela también que el 93 por ciento de la población quiere que la vacuna sea voluntaria, es decir, que el gobierno ruso debería forzar por dos veces la voluntad de la población para vacunarla en masa a la fuerza.
(*) https://ria.ru/20201005/privivka-1578199577.html