El ministro turco de Asuntos Exteriores, Mevlut Cavusoglu, confirmó el acuerdo, con la matización de que “estamos suspendiendo la operación, no la estamos deteniendo”. “Sólo podremos detener la operación cuando [los kurdos] se hayan retirado completamente de la región”, añadió.
Para permitir la retirada de los kurdos “en un plazo de 120 horas, todas las operaciones militares de la Operación Venero de Paz serán suspendidas y la operación se detendrá completamente una vez que la retirada se haya completado”, dijo Pence a los periodistas tras más de cuatro horas de negociaciones con Erdogan.
Por supuesto, nadie ha consultado al gobierno de Siria, ni tampoco a los kurdos, lo que pone de manifesto que ambas partes están condenadas a entenderse.
Las milicias kurdas tendrán que retirarse de una franja de 32 kilómetros de profundidad desde la frontera que los turcos esperan que se convierta en una “zona de seguridad” para ellos.
Llamada Venero de Paz, la ofensiva turca contra las milicias kurdas de YPG en el noroeste de Siria, lanzada el 9 de octubre, provocó una protesta internacional. Antes de la ofensiva turca, los estadounidenses y los turcos habían comenzado a crear la “franja de seguridad” mediante patrullas militares conjuntas que se acabaron cuando Estados Unidos sacó a sus tropas del norte de Siria.
Los imperialistas apoyan a YPG mientras que Turquía los considera como “terroristas” por ser una prolongación en Siria del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que ha estado llevando a cabo la lucha armada en Turquía desde 1984.
Las negociaciones de Ankara muestran el carácter errático de la política imperialista en Oriente Medio. Trump parecía haber dado luz verde a la ofensiva antes de instar a Ankara, ante las protestas de otros imperialistas, incluidos sus propios parlamentarios, así como sus secuaces, a que pusiera fin a la misma y sancionara a Turquía.
Al final la Casa Blanca ha tenido que claudicar de nuevo. Pence anunció que las “sanciones infernales” se levantarán cuando Turquía ponga fin a la ofensiva de conformidad con el acuerdo alcanzado ayer.
Acusado de dejar que Turquía ataque a los peones kurdos en Siria, Trump logró finalmente un acuerdo que le permite calmar su situación interna a corto plazo, lo que también se considera como una capitulación ante las exigencias turcas.
Erdogan dijo que nunca cesaría la ofensiva militar en Siria y cuando Pence y Pompeo estaban en el avión rumbo a Ankara dijo que no recibiría a ninguno de ellos. Al final capituló, pero no fue el único.
Después de once días de crisis interna, que ha incluido a la OTAN, Pence dijo que había arrebatado un “alto el fuego” a Erdogan tras más de cuatro horas de negociaciones.
Por su parte, los turcos dicen que no es un “alto el fuego” porque el término no está incluido en la declaración conjunta.
La clave del acuerdo es que el plazo de cinco días termina el martes de la semana que viene, justo cuando Erdogan se reúne con Putin en Moscú.