Las principales marcas comerciales occidentales han perdido clientes y han visto disminuir sus beneficios debido a campañas de boicot en Oriente Medio dirigidas contra las empresas que apoyan a Israel en su guerra contra Gaza.
Las acciones de Americana Restaurants International, que opera las franquicias KFC, Pizza Hut, Krispy Kreme y Hardee’s en Oriente Medio, cayeron un 27 por cien en la Bolsa de Valores de Arabia Saudita en los últimos tres meses. Los beneficios empresariales caerán en el primer trimestre debido al boicot.
La distribuidora turca de Coca-Cola vio caer sus volúmenes de ventas un 22 por cien en el cuarto trimestre del año pasado respecto a los tres meses anteriores, después de que el Parlamento del país se uniera al movimiento de boicot en noviembre y anunciara que eliminaría el refresco de sus cafeterías.
Las franquicias de McDonald’s en la región han sufrido un impacto comercial significativo tras el boicot, según el director general del gigante de la comida basura, Chris Kempczinski, que no reveló el alcance exacto de las pérdidas. La multinacional está en una situación difícil con sus filiales en Oriente Medio desde mediados de octubre, cuando su franquiciado en Israel se jactó en las redes sociales de ofrecer comidas gratis a los soldados israelíes.
Otras empresas occidentales, incluidas Starbucks, IBM y Nestlé, también han sido diana del boicot. Mientras tanto, las marcas locales han visto un aumento en sus negocios gracias al boicot. Las cafeterías locales de Kuwait han visto dispararse sus beneficios en los últimos tres meses, ya que los clientes han dejado en gran medida de ir a Starbucks.
La cadena jordana de café Astrolabe vio sus ventas aumentar un 30 por cien, según su fundador Moath Fauri. La cadena ha abandonado los productos americanos y franceses en sus sucursales y compra en lugar de productos locales. En Egipto, las ventas de la marca local de refrescos Spiro Spathis se han disparado, según el director de ventas, Youssef Atwan.
“De repente nos bombardearon con pedidos de supermercados y restaurantes y teníamos dificultades para satisfacer la demanda. Los clientes iban a los restaurantes y preguntaban por nuestra marca o al menos se negaban a beber los que estaban en la lista de boicot”, comentó.