Manley, jefe de policía de Austin |
Las primeras bombas de esta serie mataron a un trabajador de la construcción de 39 años y a un estudiante de 17 años, ambos negros y que eran amigos, e hirió gravemente a una mujer hispana de 75 años, motivo por el cual las autoridades mantienen la hipótesis del motivo racista.
Sin embargo, al parecer la mujer hispana recibió el paquete postal por error y, además, los dos jóvenes heridos en la explosión del domingo por la noche, que están fuera de peligro pese a la gravedad de sus lesiones, son blancos, lo que aumenta la incertidumbre sobre el motivo.
Ambas víctimas de este domingo pasaban de forma normal por la acera cuando un artefacto junto a la verja de una casa explotó sin que hubiera manipulación previa.
El jefe de la policía de Austin, Brian Manley, explicó en una rueda de prensa que la cuarta explosión en menos de un mes que “puede afectar a cualquier persona del vecindario, incluidos los niños”, porque según sus primeros análisis, no hay ningún patrón en la elección de las víctimas.
“Evidentemente enfrentamos lo que creemos es un atacante en serie que perpetra atentados explosivos, ante las similitudes entre lo que es ahora el cuarto artefacto” y los anteriores, dijo Manley.
La única diferencia entre las cuatro bombas es que la última incrementa su nivel de sofisticación. El artefacto incorpora un detonador a distancia, en vez de detonar al ser manipulado por las víctimas, como en los incidentes anteriores.
“La presencia de un cable trampa cambia las cosas. Es más sofisticado. No estuvo dirigido específicamente contra persona alguna… Estamos muy preocupados porque con los cables trampa un niño podría caminar por una acera y toparse con algo”, dijo Chris Combs, agente del FBI a cargo de la división en San Antonio.
“La investigación se encuentra en una fase preliminar, así que, antes de analizar todas las pruebas, todavía no podemos clasificar esta situación como terrorismo doméstico o como delitos de odio”, advirtió Manley.
Una amenaza de bomba obligó a cancelar varios eventos en la noche del sábado en una de las salas de conciertos de Austin, así como el festival cultural South by South West.
La policía local detuvo a un un joven de 26 años que fue puesto a disposición judicial horas más tarde acusado de un delito de amenaza terrorista.