Angola y Sudáfrica. Semejanzas y diferencias

Huelga obrera en Sudáfrica
Darío Herchhoren

Dos de los países más importantes de África, guardan importantes semejanzas y algunas diferencias que es conveniente recordar.
Sudáfrica, o sea, la República de Sudáfrica, declaró su independencia en tiempos de Margaret Thatcher, y fue implementada por la minoría blanca en pleno apartheid, o sea, en tiempos de la segregación de la mayoría negra de Sudáfrica.
Para tener una idea de lo que ello significó, hay un dato que habla por sí mismo de la barbarie de la minoría blanca. Hay diez individuos negros por cada un individuo blanco. El Congreso Nacional Áfricano era y es el partido más numeroso de Sudáfrica y estuvo dirigido por control remoto por Nelson Mandela, que estaba preso en Roben Island, una isla prisión, donde era el único prisionero, y pasó allí 27 años de su vida. Pero su segunda mujer Winie Mandela era en realidad la que dirigía el partido en la práctica ya que Mandela estaba preso.
Sudáfrica era y es un país industrializado y con una extensa clase obrera que estaba muy consustanciada con el Partido Comunista de Sudáfrica, y dicho partido formaba parte también del Congreso Nacional Áfricano que permitía la doble militancia. Tanto el Congreso Nacional Áfricano como el Partido Comunista de Sudáfrica formaron una eficaz guerrilla que tenía contra las cuerdas al ejército sudafricano, y se refugiaba y reabastecía en la vecina Mozambique y en Zambia que prestaban su territorio a sus hermanos negros. La producción industrial superaba ampliamente a la producción agrícola. La derrota del ejército sudafricano a manos del ejécito cubano que ayudaba a los angolanos precipitó el fin del apartheid, y trajo la independencia de Namibia.
En Angola, que limita al sur con Namibia, que era en la práctica una colonia sudafricana, se había formado el MPLA (Movimiento Popular por la Liberación de Angola) de ideología marxista leninista, y apoyado sin limitaciones por la URSS y por el ejército cubano, y con el viento a favor que soplaba desde la metrópoli portuguesa donde se había producido la “revolución de los claveles” que acabó con el imperio portugués. Agostinho Neto proclamó la independencia de Angola.
Pero en Angola había una guerrilla comandada por Holden Roberto que operaba con el nombre de UNITA (Unión Nacional por la Independencia Total de Angola) y que era en realidad un brazo de la criminal CIA, y que fue derrotada luego de muchos años de guerra civil y de miles de muertos y enormes daños a la economía angoleña, y ello dificultó enormemente el despegue de la nación angolana.
Lamentablemente, Agostinho Neto falleció prematuramente, y fue reemplazado por Eduardo Dos Santos que era el vicepresidente de Angola, y donde todavía es el presidente de Angola.
A diferencia de Sudáfrica, Angola era un país fundamentalmente agrícola ganadero al momento de su independencia.
Pero quizá la mayor semejanza que encontramos entre ambos paises es, primero, la muerte de sus dos líderes a saber: el sudafricano Nelson Mandela y el angoleño Agostinho Neto y su reemplazo por Jacob Zuma y Eduardo Dos Santos respectivamente, y la gigantesca corrupción que ambos han instalado en sus dos paises. Jacob Zuma ha sido destituido hace muy pocos días por el parlamento sudafricano y ha sido reemplazado por el vicepresidente, que es acusado también de la misma corrupción. Como muestra de la corrupción en Angola es el dato de que una hija de Dos Santos es la mujer más rica de Portugal; se ha casado con un portugués y se ha hecho con la propiedad de la mayor empresa de construcciones de obras públicas del país, de nombre Andrade Gutierres, y está negociando la compra de un importante banco portugués.
Tanto en Angola como en Sudáfrica se han producido huelgas contra sus respectivos gobiernos que han sido seguidas por la mayoría de sus trabajadores. Esto es algo lamentable tratándose de gobiernos surgidos de guerras revolucionarias, y muestra a las claras cómo las élites africanas se han corrompido, y con ello han incumplido las promesas de una vida mejor a sus paisanos.
En las afueras de Luanda, capital de Angola hay enormes barrios de chabolas, y en Sudáfrica, en la ciudad de Soweto, los ciudadanos de raza negra siguen viviendo en casas de chapa, igual que en tiempos del apartheid. En contraste con todo ello, decir que Sudáfrica es uno de los principales productores de oro, diamantes y cobalto, y que Angola es el segundo productor  de petróleo de África, detrás de Nigeria, pero todo esto solo ha favorecido a una dirigencia corrupta que ha “olvidado” sus orígenes. Pero la clase obrera de ambos países está tomando debida nota, y ya se han producido graves revueltas exigiendo dimisiones, y reclamando el cumplimiento de las viejas promesas independentistas.

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