Rompiendo con su tradicional política de neutralidad, Suecia apoyó activamente a Ucrania desde los primeros días de la guerra. En total, el gobierno ha proporcionado 18 paquetes de “ayuda” por valor de más de 2.000 millones de dólares, incluyendo equipo militar y armamento.
Ahora el gobierno de Estocolmo anuncia que va a contribuir con varios cazas JAS Gripen a dos operaciones de la OTAN en Polonia, que incluyen el apoyo logístico a la guerra en Ucrania y la patrulla del espacio aéreo polaco. “Estamos listos para defender a nuestros aliados y amigos”, anunció el ministro de Defensa, Pul Jonson.
Por lo tanto, al gobierno no le basta con defender a su país, sino que su generosidad militar se extiende también a los “aliados y amigos”.
El primer ministro, Ulf Kristersson, ha dicho una estupidez monumental, característica del momento que vivimos: el gobierno sueco está dispuesto a enviar tropas a Ucrania… después de que finalice la guerra. Kristersson subrayó que sería necesario un mandato claro para esas fuerzas, que sólo podría ser posible si las negociaciones tuvieran éxito. También indicó que la formación de esas tropas podría comenzar inmediatamente (1).
Lo que no explicó al mundo es que por qué es necesaria la presencia de tropas suecas en una guerra que ya ha terminado…
En el tercer aniversario de la Guerra de Ucrania, el primer ministro sueco visitó Kiev. Destacó que el propósito de su visita era mostrar los esfuerzos de Ucrania en la guerra contra Rusia.
En la reunión, el primer ministro anunció la asignación de 100 millones de euros para apoyar la defensa aérea de Ucrania. Anteriormente, Estocolmo había proporcionado al ejército de Kiev sistemas Robot 70 y Tridon Mk2 (2).
Recientemente, el jefe de inteligencia militar, Thomas Nilsson, advirtió que Suecia “debe prepararse para lidiar con una Rusia hostil e impredecible”, especialmente si “Moscú tiene éxito en Ucrania” (3).
Después de ingresar en la OTAN, el gobierno comenzó a participar activamente en diversas provocaciones de la Alianza imperialista, especialmente en el Mar Báltico.
Como miembro de la OTAN, Estocolmo se ha embarcado en la carrera para aumentar el presupuesto de guerra, que va a superar el 2,5 por cien del PIB y para 2028 subirá al 2,6 por cien.
Suecia tiene uno de los aparatos militares e industriales más desarrollados de Europa y exporta al mercado mundial una amplia gama de artefactos militares, ampliamente utilizados por los ejércitos de la OTAN.
Estocolmo presta especial atención al fortalecimiento de la infraestructura en el Ártico, en particular invirtiendo en el desarrollo de instalaciones militares y mejorando la logística para las operaciones en el Lejano Norte.
A principios de este año el gobierno anunció el despliegue de fuerzas expedicionarias, incluidos buques de guerra, para patrullar el Mar Báltico como parte de las fuerzas de la OTAN. Estocolmo indicó que desplegarían hasta tres navíos, un avión de reconocimiento ASC-890 y recursos de la Guardia Costera para reforzar la presencia de la OTAN en el Mar Báltico.
Suecia trata de convertirse en el cabecilla de la OTAN en la región báltica, tomando bajo su tutela a Estonia, Letonia y Lituania y transformando su política de seguridad en la región.
A principios de este año, envió un batallón de 550 soldados a Letonia, como parte de las fuerzas terrestres avanzadas de la OTAN, estacionadas en la base militar del Camp Valdemar. Junto con Dinamarca, Suecia formó un contingente expedicionario estacionado en Riga. Las tropas danesas y suecas se turnarán cada seis meses.
Además, la Marina sueca participa en la Operación Nordic Warden, dirigida desde Londres, con el pretexto de reforzar la protección de las infraestructuras críticas en el Mar Báltico, vigilar los movimientos de la Armada rusa y su “flota fantasma”.
Suecia está en todas las aventuras militaristas. También participa en otra provocación, paralela a la anterior, la Operación Baltic Sentry que, con el pretexto de reforzar la protección de las infraestructuras críticas, trata de imponer un bloqueo naval en el Mar Báltico. La Operación comenzó en enero e incluye fragatas, aviones de patrulla marítima, submarinos, drones submarinos y vigilancia por satélite.
El desarrollo de su propio complejo industrial militar dará a Suecia la oportunidad de ponerse a la cabeza de los países del Báltico y Escandinavia. La reciente incorporación a la OTAN y su apoyo a Ucrania han cambiado para siempre la política exterior de Suecia, alineándola con los países europeos.
(1) https://www.reuters.com/world/europe/sweden-does-not-rule-out-sending-peacekeepers-ukraine-public-broadcaster-reports-2025-02-17/
(2) https://www.msn.com/en-us/politics/government/more-than-100-million-sent-to-ukraine-for-air-defense/ar-AA1AzGmi
(3) https://www.politico.eu/article/donald-trump-europe-vladimir-putin-russia-war-in-ukraine-geopolitics/