Durante la pandemia Suecia ha jugado el papel que los medios de comunicación reservan normalmente a Corea del norte. Su política sanitaria ha sido ridiculizada porque ha desnudado las doctrinas seudocientíficas de los partidarios del confinamiento y el cerrojazo.
Por ejemplo, en Suecia las escuelas han permanecido abiertas y no se han contagiado ni los niños ni los maestros, según vuelve a confirmaar otro estudio publicado por el New England Journal of Medicine (*).
Ningún niño sueco ha muerto de coronavirus y sólo 1 de cada 130.000 ha padecido una forma severa de la enfermedad. “Aunque Suecia ha mantenido abiertas las escuelas y los centros preescolares, encontramos una baja incidencia de la forma grave de Covid-19 en los escolares y los niños de preescolar durante la pandemia”.
En comparación con otras profesiones (excepto las profesiones de la salud), entre los profesores las cifras de contagio han sido bajas. “Menos de 10 maestros de preescolar y 20 maestros de primaria en Suecia recibieron cuidados intensivos por Covid-19 hasta el 30 de junio”.
Las personas que enfermaron con síntomas asimilados a los del coronavirus sólo tuvieron que esperar dos días después de sentirse bien antes de volver a incorporarse al trabajo o a la escuela.
Además de mantener las escuelas abiertas, las tiendas y restaurantes también han permanecido abiertas en todo el país, con parques y zonas de recreo llenos de personas.
El gobierno recudió a las recomendaciones más que a las prohibiciones, la represión y los castigos. La única prohibición fueron las reuniones con más de 500 participantes.
Una de las recomendaciones fue que las personas que acudan a los bares y restaurantes que se sienten a una mesa en lugar de mezclarse en el interior del local. También aconsejaron a las personas que utilizaban el transporte público que reflexionaran “cuidadosamente” sobre la necesidad de su viaje.
Los pronósticos de los “expertos” fallaron estrepitosamente. El 10 de marzo, un grupo de médicos e investigadores escribió un artículo de opinión conjunta en la principal revista médica de Suecia, en el que se advertía de un “impacto desastroso” en el servicio de salud sueco si no se adoptaban medidas más estrictas.
Naturalmente, las previsiones no se cumplieron. Hasta ahora ha habido casi medio millón de casos confirmados de coronavirus en Suecia y casi 9.500 muertes que, en términos porcentuales, está por debajo de España.
En esta pandemia quien ha fallado estrepitosamente no ha sido Suecia, sino los países que han impuesto el confinamiento y demás medidas represivas, cuya inutilidad está fuera de cualquier duda.
(*) https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMc2026670