Las cosas no han salido como las habían previsto en las más altas cancillerías. En un efecto boomerang, el aislante se ha quedado aislado. Rusia se mueve a sus anchas por el mundo y los imperialistas están paralizados en los cuellos de botella marítimos, como el Canal de Suez.
“El 92 por cien del petróleo que pasa por el Canal de Suez hacia el sur es ahora de origen ruso”, según datos de Kapler, una empresa especializada en información sobre los mercados de materias primas. El bloqueo huthí del Mar Rojo ha sido decisivo para ayudar a Rusia a monopolizar el transporte a través del Canal de Suez.
El bloqueo impuesto por Ansarollah en el Mar Rojo ha afectado significativamente el transporte de materias primas a través de una de las rutas marítimas más transitadas. Además de las amenazas de Washington y Londres, los huthíes ahogaron petroleros y buques de carga, mientras atacaban buques de guerra de la coalición encabezada por Estados Unidos. Para ello no sólo utilizan misiles, sino también drones aéreos y marinos.
En una declaración, los portavoces huthíes dijeron que no atacarían a los barcos rusos y chinos. A todos los demás barcos que navegan por el Canal de Suez, Ansarollah los considera como objetivos militares legítimos.
En mayo el flujo total de petróleo y productos derivados que pasó por el Canal de Suez en ambas direcciones disminuyó un 34 por cien en comparación con el mes anterior, afirma el informe de Kepler.
Respecto al mismo período del año pasado, la disminución es del 65 por cien.
El tiro les ha salido por la culata.