Las empresas farmacéuticas, que trabajan en la fabricación de una vacuna contra el coronavirus, no están dispuestas a asumir en solitario el elevado coste financiero de producir en tiempo récord un inyectable sin obtener a cambio garantías en caso de oleadas de reclamaciones de los perjudicados por ellas.
Las vacunas van a funcionar como todo lo demás: si todo va bien, los beneficios son privados, y si van mal recurrirán al dinero público para pagar los daños.
“El temor a una reacción masiva por la falta de pruebas previas está detrás de esa medida”, dicen los portavoces de la Comisión Europea (1), lo cual significa que en esta carrera delirante están jugando con la salud de las personas: no se están cumpliendo los protocolos clínicos porque hay prisas y luego ya veremos; si algo sale mal, se lo explicamos a los perjudicados a través de la televisión.
Mientras tanto, cruzan los dedos y rezan para que la chapuza no continúe. La única manera de hacerlo es que la Unión Europea asuma el riesgo, total o parcialmente, porque “los fabricantes de vacunas tienen que producirlas mucho más rápido que en circunstancias normales”, dicen en Bruselas.
La vacuna contra el coronavirus es la nueva “carrera espacial”, dice un periódico (2). De la treintena de vacunas que se encuentran en fase de ensayos según la lista de más de 170 candidatas de la Organización Mundial de la Salud, tres chinas, el país donde se originó el virus, ya han entrado en la tercera y última etapa de pruebas con la esperanza de llegar en cabeza en la carrera por el remedio y demostrar así su capacidad científica.
“Estamos hablando de un plazo de 12 a 18 meses en lugar de una década o más. Para compensar los riesgos tan elevados que corren los fabricantes, los acuerdos de compra anticipada prevén que los Estados miembros indemnicen al fabricante en ciertos casos”, explica un portavoz comunitario.
En el caso de que la vacuna provoque reacciones adversas, el dinero público ayudará a que las farmacéuticas no carguen en solitario con las indemnizaciones.
“Los Estados miembros están dispuestos a cubrir financieramente algunos de los riesgos de las empresas para garantizar que las vacunas estén realmente disponibles para los ciudadanos de la Unión Europea a fin de proteger la salud pública”, añaden en Bruselas.
Hasta el momento la Comisión Europea ha cerrado un acuerdo de compra con AstraZeneca, la farmacéutica del fondo buitre BlackRock, para asegurarse 300 millones de dosis de la vacuna, ampliables en otros 100 millones.
Además, ha rubricado precontratos con otras cuatro farmacéuticas que trabajan en su propia vacuna: Sanofi-GSK, Johnson & Johnson, CureVac y Moderna. Si todos ellos se llevaran finalmente a la práctica, la UE dispondría de unas 1.500 millones de dosis de la vacuna, el equivalente a tres por cada ciudadano europeo.
(1) https://www.publico.es/internacional/vacuna-coronavirus-ue-protege-economicamente-farmaceuticas-frente-posible-fallo-vacuna-covid-19.html
(2) https://cincodias.elpais.com/cincodias/2020/08/27/opinion/1598523779_185515.html