Estamos asistiendo estos días a una agobiante e indecente campaña mediática en pro de la vacunación obligatoria con el subliminal mensaje -en el Estado español- de que se trataría de un debate, debate inexistente pues los llamados despectivamente «negacionistas» no tienen voz. O son insultados o ridiculizados. Dispone el discurso oficial dominante de los medios convencionales (prensa, radio, tv), los alternativos (Facebook, Twiter, Google, etc.), organismos internacionales (OMS, ONU, Agencias Médicas, Colegios), Gobiernos, etc., etc., y, aún así, no están seguros y se ponen nerviosos ante cualquier atisbo o manifestación de rechazo o crítica a sus mantras. Como, sobre todo, en Francia y sus manifestaciones -que ya no pueden ocultar- contra las restricciones cuasimilitares de su Gobierno que poco tienen que ver con lo sanitario y sí con el control social y lavado de cerebro (brainwashing) y el Gran Hermano (Big Brother). Porque vamos camino -delante de nuestras propias narices- de las distopías cada vez menos futuristas orwellianas.
En España se da un fenómeno perverso, anfibológico y logomáquico, y es que el Gobierno se puede permitir el lujo de blasonar de no imponer la vacunación obligatoria y fardar de «demócrata y liberal» cuando, en realidad, lo que subyace es este semantema: «no nos hace falta imponer por la fuerza o la coerción la vacunación obligatoria porque es tal la chapa y
pavor bestial que les insuflamos a diario en las mentes que las anulamos y paralizamos de terror hasta convertirlos en obedientes y obsecuentes corderitos que, si les decimos como a los carneros de Panurgo que se tiren por un barranco -«por su bien»-, se lanzan. Esto no es Francia». Se parece algo esta pandemia a la doctrina del shock de Naomi Klein en el
terreno de la psicología social y sus técnicas de despersonalización y adopción de nuevos patrones de comportamiento (mascarillas, confinamientos, toques de queda, etc.) mediante el bombardeo diario massmediático hasta sumir al individuo en un estado vegetal, catatónico. ¿Exageramos? Tal vez…
Y respecto del Gran Hermano, lo que más me pudre es que fue una obra –1984– escrita (en 1948) por un chivato -George Orwell- con claro y diáfano mensaje antisoviético ergo: anticomunista y, por supuesto, elevado a los altares en el «mundo libre». Pero resulta que la experiencia que vivimos de algo parecido, similar o semejante a lo descrito es bajo el capitalismo y sus secuelas y rémoras. Todo lo previsto en su libro -«Rebelión en la granja» es todavía más explícito en su intención reaccionaria- con la diferencia de que sus «efectos adversos» duran eternamente.
En fin, si yo fuera un buen chico que sigue y obedece lo que le digan y ordenen como borrego, diría en roman paladino: «sí, joder, ya vale, hostia, ya sabemos y hemos entendido que los «negacionistas» de los cojones son unos apestosos pirados iluminados terraplanistas, que son los malos, insolidarios e irresponsables, unos hijoputas, pero, mecagoendios, ¿es que ya no dan pelis de indios y vaqueros o tenemos que seguir aguantando esta brasa?»
Dos cosas estais haciendo muy bien, una, centraros en lo cualitativo, dos, denunciar el caracter politico y de clase de Las medidas politicas burguesas disfrazadas como sanitarias y de interes General.
En mi opinion, si el estado burgues espanol no ha aplicada Las mismas medidas que en Francia es gracias a la resistencia que estan encontrado alli. Aqui no esta el horno para bollos, mi unica duda es si se les ha ocurrio a ellos mismos o les ha llegado la orden del pentagono.
Sigo opinando que estas politicas son principalmente economicas antiinflacionistas, su caracter represivo es secundario, y un corolario de lo primero. Lo que la burguesia francesa le esta diciendo Claramente a sus subditos es que tienen que consumir menos, morirse antes y asumir una limpia del funcionariado del 10-15%
Para que el capitalismo pueda seguir funcionando. Hay que consumir menos porque se produce menos y porque hay que compensar la bajada en la tasa de ganancia del capital. Estas medidas afectan a la pequena burguesia y a la clase obrera acomodada, por eso vemos tantas banderas de Los estados burgueses, realmente despues de la crisis del 2008 Al proletariado lo unico que se le podria quitar ya es el plato de comida.
Si no consiguen llevar a la practica estas medidas, los estados burgueses tienen tres panoramas:
1. Inflacion descontrolada
2. Congelacion de cuentas (corralito)
3.desabastecimiento
En el mejor de Los casos, la nueva situacion de equilibrio lleva a una con centracion de capital mayor, y eso a una crisis economica nueva mas potente
La vida no va a volver a ser como antes, por mucho que algunos lo de seen, aqui la unica solucion es el socialismo y solo el proletariado tendra la sangre, el programa politico y la necesidad inaplazable para organizarlo.
Las salidas de la burguesia a Las crisis capitalista compensando la bajada de la tasa de ganancia han sido principal ente dos: aumentar La plusvalia extraida al trabajo asalariado ( en palabras de Diaz Ferran trabajar mas horas y ganar menos dinero), la otra es la guerra de expansion imperialista.
El aumento de horas de trabajo ya ha sido espectacular en el periodo 2008-2019, en la construction y en la hosteleria Las jornadas de 11 o 12 horas ya estan muy consolidadas. Por ese motivo, no puede encontrarse una salida por esa via.
Por el otro lado, EEUU y sus paises satelite no tienen capacidad para dar una salida militar a Los problemas de la burguesia, debido a motivos demograficos, industrial es y de perdida de la superioridad tecnologica. La estrategia de EEUU es defensiva y de repliegue, como lo era la de Espana en 1630, y explicar mucho de lo que ocurre en torno Al petroleo, el plastico y la gasolina.
No solo el sistema capitalista esta en crisis, sino que no encuentra Las salidas para superarla que habia encontrado antes, por eso estan haciendo cosas tan raras como ralentizar la circulacion de MONEDA encerrando a la gente en casa, dificultar el consumo, etc.
Aqui la unica clase beneficiada es la burguesia, siempre que sobreviva a la crisis, que toma medidas para asegurar que se reproduce su capital a una determinada tasa de ganancia.