Se extienden las pistolas táser en todos los cuerpos policiales, ahora la Policía de Basauri

El Ayuntamiento de Basauri sigue los pasos del de Sestao y se ha convertido en la segunda localidad de Euskadi en la que los agentes de la Policía Local pueden utilizar las pistolas táser en sus intervenciones.

El Consistorio adquirió dos de estas armas de descargas eléctricas hace unos meses y los uniformados patrullan ya con ellas. Una vez el uniformado aprieta el gatillo -debe estar entre 3 y 5 metros del sujeto al que quiere neutralizar- el dispositivo lanza dos electrodos y crea un arco fotovoltaico que genera una descarga. El disparo bloquea la musculatura de la persona, que cae posteriormente al suelo, lo que permite colocar las esposas sin mayor resistencia.

Para poder usar esta nueva herramienta la guardia urbana ha dado un curso a la mitad de sus efectivos, porque aunque mantienen que no son letales, la tecnología que utiliza obliga a recibir una formación específica.

La pistola eléctrica va acompañada además de una cámara que porta el agente y que graba toda la actuación, lo que da cierta seguridad al policía que aprieta el gatillo en el caso de que existan posibles denuncias futuras.

La adquisición ha sido bien recibida por parte del cuerpo local. Según reconocen varios uniformados, «en la mayoría de ocasiones no es necesario ni siquiera utilizarla porque es disuasoria, la gente la ve y es consciente de que contamos con este nuevo recurso y reducen su conflictividad hacia nosotros».

Durante los últimos años ha rodeado cierta polémica a estas armas por las descargas que emiten, aunque sus defensores aseguran que se han mejorado y que no afecta a personas con marcapasos. Aún así, no se puede disparar con ella a la cabeza. Los agentes las defienden porque precisamente el recelo que provocan les ayuda a mitigar situaciones que podrían acabar mal. Entienden que aumenta la «seguridad», la suya y la del resto de personas.

En Euskadi, la Ertzaintza cuentan con ellas desde marzo de 2017. En este tiempo han recurrido a su utilización en varias ocasiones para inmovilizar a personas armadas con problemas mentales. La Policía autonómica las incorporó después de que un enfermo mental apuñalara a dos ertzainas que intentaban reducirle cuando se había atrincherado en Leioa. El Ministerio de Interior también adquirió el año pasado un millar de dispositivos para la Guardia Civil y la Policía Nacional. Otros cuerpos autonómicos como el de Navarra y Aragón han comprado en los últimos meses táser similares.

Desde el Ayuntamiento de Basauri no han querido informar sobre la adquisición ni dar ningún detalle del coste de las pistolas. En Sestao, hace dos años, el concejal de Seguridad Ciudadana, Eduardo Abad, explicó que habían costado 3.500 euros cada una, por lo que se entiende que la cuantía será similar.

La Organización de Naciones Unidas (ONU) declaró los ‘tasers’ como armas que constituyen mecanismos de tortura, por el nivel de dolor físico que ocasionen y porque tienen altas probabilidades de ocasionar la muerte a quien recibe la descarga eléctrica y han instado a los gobiernos a desestimar su uso.

En este sentido, el Comité contra la Tortura de la ONU ha manifestado en varias oportunidades su preocupación por el uso de estos artefactos en los cuerpos de seguridad de varios países del mundo, considerándolos un instrumento que promueve la tortura. La ONU ha solicitado que se revisen las normas que regulan los dispositivos para que sean aprobados, únicamente, en situaciones extremas, destacando que muchas veces son empleados en contra de personas desarmadas y sin posibilidad de defensa.

Fuente: El Correo

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