De acuerdo con el Ministerio del Trabajo japonés, el año pasado se registraron al menos 189 muertes a causa de fatiga laboral extrema, mientras que las demandas por abusos de esta índole llegaron a 2.310. No obstante, los expertos creen que el número real de fallecimientos es de varios miles.
La muerte por exceso de trabajo es conocida como “karoshi”. “En un lugar de trabajo japonés, el trabajo extra siempre está ahí. Es casi como si formara parte del horario laboral normal”, aseguró Koji Morioka, profesor de la Universidad de Kansai en la ciudad de Osaka para el “Washington Post”.
A mediados de abril, el abogado Hiroshi Kawahito, que forma parte del Consejo Nacional de Defensa para las Víctimas de “Karoshi”, sostuvo que el número real de afectados es probablemente 10 veces mayor, ya que el Gobierno es reacio a reconocer este tipo de incidentes. “El verdadero problema es no reducir la horas de trabajo y el Gobierno no está haciendo lo suficiente”, aseveró.
Frente a este problema, que se remonta a la década de 1970, las autoridades han introducido medidas y se espera que el número de empleados que trabajan más de 60 horas por semana se reduzca a un 5 por ciento hacia el 2020. La mayoría de los trabajadores japoneses cuentan con 20 días de vacaciones al año pero pocos las disfrutan o solo aceptan menos de la mitad del tiempo ya que aprovechar los días libres es visto como un signo de flojera o falta de compromiso con el trabajo.