La primera vez que las Madres se colocaron un pañuelo blanco sobre sus cabezas, como una forma de protesta, fue durante la dictadura militar en Argentina (1976-1983) para exigir la aparición con vida de sus hijos.
Una de ellas sugirió utilizar un pañal de tela de sus hijos, un valioso recuerdo que conservaba cada madre, para reconocerse durante la caminata. El pañal se convertiría posteriormente en un pañuelo, símbolo mundial de coraje.
Sin embargo, su acción no fue difundida en los medios, pero la semilla fue plantada y la población empezó a hablar de las mujeres “de pañuelo blanco”, un símbolo global de lucha y resistencia, que representa el abrazo de sus hijos para las Madres de Plaza de Mayo.
La celebración se inició con una marcha hacia la Basílica de Luján, en la provincia de Buenos Aires (capital), seguido por un espectáculo del Coro Cumpa y los discursos de Agustín Ronconi (integrante del grupo Arbolito) y de la presidenta de Madres, Hebe de Bonafini.
En la tradicional peregrinación anual a la Basílica de Luján, las Madres querían manifestar su angustia por desconocer el paradero de sus hijos y visibilizar sus reivindicaciones.
En Luján, las mujeres desplegaron pancartas en la explanada de la Basílica y entonaron la consigna “aparición con vida”, lo que llamó la atención de los presentes.