Rusia tiene problemas con China para pagar su comercio exterior. Uno de los principales bancos chinos para las empresas exportadoras rusas, el Zhejiang Chouzhou Commercial Bank, ha decidido suspender las transacciones con Rusia.
La situación ha sorprendido incluso al Kremlin, que ha reconocido que, en efecto, actualmente hay problemas entre determinadas empresas rusas y el Zhejiang Chouzhou Commercial Bank.
El Kremlin ha iniciado conversaciones con Pekín para resolver el problema lo más rápido posible.
Como nadie ha explicado los motivos, todo son suposiciones. Una de ellas destaca la amenaza estadounidense de aprobar nuevas sanciones económicas contra China por su apoyo para que Rusia sorteara las sanciones económicas. En un momento en que la economía china se frena, la amenaza podría pesar mucho.
Las relaciones entre Moscú y Pekín no son tan sólidas como a veces se dice. A pesar del auge de los Brics y de que los dos países se han convertido en importantes socios comerciales, hay muchas fisuras.
Da la impresión de que Rusia y China forman una alianza por el bloqueo de China, el amago de Estados Unidos con Taiwán y la Guerra de Ucrania. Pero lo que acerca a un país hacia el otro es una presión caótica procedente del exterior, de Estados Unidos.
En la medida en que esa presión se va a acrecentar en el futuro, la alianza tenderá a reforzarse y tanto a Rusia como a China no les quedará otro remedio que solucionar sus diferencias mutuas.
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