Rusia prohibe a sus soldados utilizar los móviles cerca del frente

A finales de julio la Duma rusa autorizó a los comandantes de las unidades militares a sancionar a los subordinados que utilicen dispositivos electrónicos en el frente, fuera de las operaciones militares donde su uso es necesario.

La prohibición tiene como objetivo limitar la filtración de datos en el frente. El año pasado el ejército ucraniano logró localizar una reunión militar rusa en Rohove gracias a las comunicaciones telefónicas de los soldados e infligió docenas de muertes lanzando misiles ATACMS.

Las nuevas tecnologías han revalorizado el papel de la inteligencia militar en la Guerra de Ucrania. El recorrido es doble: hay que conocer los datos del adversario y proteger los propios.

Desde el comienzo de la guerra los ejércitos occidentales y las grandes empresas tecnológicas, como Microsoft, Amazon y Google, han proporcionado a Ucrania una asistencia crucial para atacar objetivos militares rusos. Después desempeñaron un papel fundamental a la hora de proteger los datos ucranianos.

Los móviles forman parte de la guerra. El soldado del futuro estará equipado con un rifle y un móvil. Las comunicaciones militares dependen de las aplicaciones de mensajería cifrada. En un entorno saturado donde la guerra electrónica hace estragos, las redes de comunicaciones siguen utilizándose para transmitir órdenes, posiciones y movimientos.

Para operar drones, los soldados de ambos bandos utilizan aplicaciones instaladas en sus móviles, y lo mismo hacen para detectarlos. Forman una red de sensores acústicos instalados en postes y equipados con aplicaciones informáticas de procesamiento de datos.

Los teléfonos inteligentes permiten, gracias al análisis de ruido, detectar drones enemigos.

La aplicación móvil ePPO permite a los ucranianos informar del paso de un vehículo aéreo sospechoso.

Un campo de batalla transparente

Los móviles también se han convertido en objetivos militares. Las unidades cibernéticas rusas interrumpen las redes y la infraestructura ucranianas, y piratean los dispositivos utilizados en el frente. Un ejemplo fue el ataque que costó la vida a 19 soldados ucranianos de la 128 brigada de asalto de montaña. Los rusos lograron descifrar la cuenta de Signal de uno de los soldados.

La información procedente de fuentes abiertas (Osint, Open Source Intelligence) tiene un interés creciente para la inteligencia militar. En Ucrania los ejércitos han demostrado la necesidad de obtener ese tipo de datos y han creado nuevos batallones de inteligencia formados por reservistas y especialistas. También han abierto centros dedicados a experimentar con herramientas informáticas y cursos de adiestramiento en este tipo de técnicas.

El énfasis en el combate centrado en datos ha convertido a los móviles en una fuente de datos de ubicación para establecer patrones de movimientos, localizar las unidades y apuntar la artillería.

La densidad de las comunicaciones ha reforzado la importancia de interceptar los dispositivos para los servicios de inteligencia. En el frente cada vez se ven más unidades que no se dedican a disparar sino a informarse y a a explotar los datos obtenidos.

En Ucrania los beligerantes aumentan el número de sensores para obtener información de interés militar. Las fuentes son los satélites militares y civiles de observación, los drones, las redes sociales y las poblaciones con sus móviles son todos sensores que ayudan a disipar la niebla de la guerra, al menos en parte.

Cada plataforma y cada soldado actúa como sensor. La inteligencia militar bucea en las redes sociales para encontrar textos e imágenes de interés. En agosto de 2022 los ucranianos analizaron la foto de un ruso posando en traje de baño junto a un sistema de defensa antiaérea y localizaron su posición.

Center 16, la unidad del FSB especializada en guerra electrónica e interceptación de señales, piratea la aplicación Signal para acceder a conversaciones, posicionar a las unidades ucranianas y detectar sus movimientos.

Sandworm, la unidad del GRU especializada en operaciones cibernéticas, proporciona a las unidades rusas que operan en el frente técnicas para explotar datos de los dispositivos ucranianos recuperados.

En las guerras modernas los campos de batalla son transparentes. En Ucrania ha sido la primera vez que la población mundial ha tenido la oportunidad de verificar los movimientos militares casi en vivo. Eso ha ayudado a sacar a la luz pública prácticas que antes eran del dominio exclusivo de los especialistas.

En las redes sociales los comentaristas elaboran mapas y estadísticas que muestran lo que está sucediendo y permiten conocer las posiciones de cada unidad, los combates, los tanques, los drones, los buques y los aviones.

A su vez, la transparencia de los campos de batalla impide las grandes concentraciones de tropas y equipos. La Guerra de Ucrania es casi una guerra de guerrillas, donde los movimientos de las tropas en pequeñas unidades son constantes.

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