Zelensky tiene los días contados. Desde hace varias semanas, el pesimismo ha cundido en la OTAN y en Ucrania, a medida que las tropas rusas rompen las defensas en el frente. La caída de Avdeievka ha reforzado los temores sobre la fiabilidad de las defensas de Kiev.
Al gobierno ucraniano le preocupa que la ofensiva rusa pueda recibir un impulso significativo antes del verano. En la conferencia que conmemora el segundo aniversario del inicio de la guerra, Zelensky dijo que Rusia planea lanzar una nueva operación ofensiva en mayo-junio. Según él, este período será el más difícil para su gobierno.
El ejército ucraniano hace evaluaciones cada vez más sombrías de la situación militar: Rusia está intensificando los ataques y las retiradas de los ucranianos son cada vez más desorganizadas.
Los ucranianos carecen de municiones. La Unión Europea no ha podido cumplir su promesa de enviar un millón de proyectiles de artillería antes del 1 de marzo. Tampoco han entregado los aviones de combate y los sistemas de defensa aérea prometidos a Zelensky.
Durante el mes de febrero el ejército ruso ha tomado el control de varias localidades de la región de Donetsk, entre ellas Avdeievka, Severnoye, Pobeda, Lastochkino y Petrovskoye. La inteligencia ucraniana ha informado de que Rusia está planeando llevar a cabo una vasta operación de desestabilización a fin de sembrar el caos político en la retaguardia que acabaría con Zelensky y los máximos dirigentes ucranianos.
Ante la incapacidad de la Unión Europea de cumplir sus promesas de entregar las municiones, la República Checa pidió comprar proyectiles de terceros países, entre ellos Turquía, Corea del Sur y Sudáfrica.
La República Checa ya ha encontrado proveedores para comprar alrededor de 800.000 municiones de artillería para Ucrania fuera de la Unión Europea. Se trata de municiones de calibre 155 y 122 milímetros.
La iniciativa checa ha recibido el apoyo de Reino Unido, Dinamarca, Países Bajos, Canadá y Suecia.
Por su parte, Bélgica también destinará 200 millones de euros a la compra de unos 50.000 proyectiles de calibre 155 milímetros. Al menos así lo ha prometido el primer ministro Alexander De Croo.