Alegría en Alepo tras la victoria del ejército regular |
Las negociaciones tripartitas siguieron luego en una capital europea y también fracasaron, por lo que el acuerdo compromete exlusivamente a Rusia y Estados Unidos.
En las reuniones Israel quiso que el acuerdo comprendiera la retirada de tropas iraníes y de Hezbollah del territorio sirio. Por lo tanto, para Rusia y Estados Unidos las zonas de desescalada eran un medida táctica para consolidar la tregua, mientras que Israel pretendía una medida estratégica, a largo plazo, que acabara con el apoyo iraní y libanés al gobierno de Damasco.
Jordania ha apoyado las pretensiones israelíes y, al no lograr imponer sus condiciones, el gobierno de Tel Aviv considera que tanto su Estado como el de Jordania están amenazados por el ejército iraní y Hezbollah.
Las autarquías del Golfo Pérsico han quedado completamente al margen del acuerdo.
La creación de las zonas de distensión se aprobó el 4 de mayo de 2017 en las conversaciones en Astaná. Por primera vez en ellas participó un enviado especial del Departamento de Estado, junto a representantes de Rusia, Irán y Turquía. El acuerdo fue ratificado durante la reunión mantenida por Putin y Trump en Hamburgo el 9 de julio. Hasta ahora se han creado tres en las provincias de Deraa, Quneitra y Sueida.
Hasta ese momento Estados Unidos y Turquía pretendieron crear “zonas de seguridad” arguyendo que era necesario proteger a los civiles de los terroristas en dichas zonas. El plan era el mismo que los imperialistas ya pusieron en práctica en los Balcanes, Irak y Libia: las zonas de exclusión aérea. Su aceptación de este proyecto hubiera legitimado la presencia permanente de tropas de Estados Unidos y Turquía en Siria.
(*) http://www.haaretz.com/israel-news/.premium-1.805844