Rusia necesita enseñar las garras todos los días

El arsenal militar de Rusia, compuesto por una amplia gama de equipos, desde armas nucleares estratégicas hasta sistemas avanzados de defensa aérea, demuestra que el país está dipuesto a defenderse con uñas y dientes frente a cualquier agresión externa. Los rusos saben que su supervivencia es una cuestión militar.

En comparación con otros gigantes militares, Rusia se destaca por su herencia soviética en tecnología de defensa y su experiencia en áreas específicas como la guerra electrónica, los drones y la ciberdefensa.

A pesar del bloqueo económico y las sanciones internacionales, que podrían limitar su arsenal, continúa invirtiendo en la modernización de su ejército y el desarrollo de nuevas armas, con el fin de mantener el equilibrio de fuerzas, especialmente frente a potencias como Estados Unidos.

El bombardero estratégico Tu-160 Blackjack destaca entre sus últimas innovaciones. La reciente mejora del avión demuestra la fuerza de su industria de defensa, marcada por el viaje de Putin a bordo.

A Rusia le empieza a ocurrir lo mismo que a Corea del norte: necesita enseñar las garras todos los días. Más allá de su aspecto propagandístico, las nuevas armas subrayan el compromiso del Kremlin de mantener e innovar su arsenal de defensa.

La versión mejorada del Tu-160 se distingue por varios avances notables. Las modificaciones incluyen un revestimiento más discreto para reducir su firma de radar, motores más potentes que ofrecen un mayor alcance y sofisticados sistemas de contramedidas y guerra electrónica.

En otras palabras, el Tu-160 desempeñará un papel estratégico en el arsenal ruso y será capaz de transportar una amplia gama de armas a largas distancias.

Este avance se produce en un contexto de cooperación reforzada con China. Las recientes conversaciones entre los jefes de diplomacia de ambos países demuestran un deseo común de consolidar su asociación estratégica, particularmente frente a las tensiones con Occidente. La dinámica bilateral se manifiesta en el apoyo mutuo en el escenario internacional, así como en iniciativas destinadas a promover la reforma de las alianzas internacionales de ambos.

La intensificación de los vínculos entre Moscú y Pekín tendrá implicaciones significativas en la balanza internacional de fuerzas. A medida que China continúa ganando influencia, su apoyo a Rusia le permite a esta última perseguir sus objetivos militares y resistir la presión internacional. La alianza es un contrapeso a la hegemonía de Estados Unidos y contribuye a un reequilibrio de fuerzas en el escenario internacional.

Estados Unidos lo sabe y cada día advierte contra las ayudas chinas al esfuerzo bélico ruso. Ambas potencias denuncian las sanciones occidentales destinadas a aislar a Rusia económica y tecnológicamente.

La modernización del Tu-160 Blackjack y el acercamiento a China ilustran los esfuerzos de Rusia por mantener la cabeza fuera del agua.

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