Tras la destrucción en septiembre de los gasoductos Nord Stream, el vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitry Medvedev, dice que se sienten libres de cortar los cables de comunicaciones submarinos de los enemigos del país.
“Si partimos de la complicidad comprobada de los países occidentales en la explosión de los Nord Streams, ya no tenemos ninguna restricción, ni siquiera moral, que nos impida destruir los cables de comunicación de nuestros enemigos en el fondo de los océanos”, ha declarado.
El mes pasado, David Cattler, jefe de inteligencia de la OTAN, advirtió sobre el creciente riesgo de tal acción: “Existen temores crecientes de que Rusia esté apuntando a cables submarinos y otras infraestructuras críticas en un esfuerzo por perturbar la vida occidental y ejercer influencia sobre los países que brindan seguridad a Ucrania”, dijo a la prensa.
“Rusia está mapeando activamente la infraestructura crítica de los aliados, tanto en tierra como en el fondo del mar”, añadió Cattler.
Los océanos son un entorno rico en objetivos militares. Más de 400 cables submarinos transportan más del 95 por cien del tráfico internacional de internet. “En total, transportan un estimado de 10 billones de dólares estadounidenses en transacciones financieras todos los días, lo que convierte a estos cables en un verdadero eje económico”, dijo Cattler.
En febrero, citando “una fuente con conocimiento directo de la planificación de las operaciones”, el periodista estadounidense Seymour Hersh aseguró que los buzos de la Marina de Estados Unidos llevaron a cabo el sabotaje de los oleoductos Nord Stream aprovechando un ejercicio militar de la OTAN.
El mes pasado, un equipo de periodistas europeos informó de que la pista de los atentados conducía a Polonia y Ucrania. Los autores de la voladura viajaron en un yate de 15 metros alquilado a una empresa polaca y amarrado en una pequeña isla danesa cerca del lugar del gasoducto.
En lo que parece ser una estratagema de propaganda orquestada para negar la intervención de Estados Unidos en un acto de guerra económica, varios medios de comunicación informaron de que la CIA había advertido al gobierno ucraniano que no destruyera los gasoductos.
Medvedev es un bocazas. Estas operaciones no se dicen, se hacen. Perro ladrador poco mordedor