Ha habido al menos 45.000 quejas sobre acciones policiales este año, añadió el ministro.
Como resultado de las investigaciones abiertas a raíz de esos informes, 300 policías perdieron sus empleos y 65 fueron despedidos por pérdida de confianza, manifestó.
Algunos de ellos encubrían el tráfico de drogas, dijo, apuntando que cada uno de los casos era “una emergencia” para la policía.
Una encuesta del Centro de Investigación de la Opinión Pública de toda Rusia (VTSIOM) revela que desde 2017 el nivel de confianza de las ciudadanos en la policía ha caído en un 10 por ciento.
El 57 por ciento de los encuestados expresa que confía en la policía.
El año pasado, VTSIOM informó que en Rusia la confianza en la policía había alcanzado un nivel récord del 67 por ciento, lo que fue un drástico incremento comparado con el período de mediados de 2010, cuando las cifras estaban por debajo del 50 por ciento.
Recientemente los aparatos represivos rusos se han visto sacudidos por varios escándalos importantes, el último de los cuales se refiere a la violación de una detective joven por tres jefes de departamentos de policía de la Jefatura de Policía de Ufa.
A principios de noviembre, un oficial borracho de la región de Altay condujo su lujoso todoterreno contra una tienda de comestibles y huyó del lugar.