Risto Mejide, en su programa “Todo es mentira” (él no se incluye), dice con desparpajo torero: “Creo tanto en las vacunas, tanto, tanto, que por muchas restricciones que pongan pienso saltármelas todas, así que ya pueden empezar a multarme”. Un ciudadano ejemplar, como puede verse.
Y añade: “Y los que no se vacunen que se atengan a las consecuencias, oye”, dice este modelo de temperancia y epiqueya siguiendo la última consigna de desviar el mosqueo creciente entre la grey vacunadísima, con la persecución -esta es la palabra- de los no vacunados.
Y remata la faena con una chicuelina de alto fuste, vean: “Si, supongamos, hubiera un pasaporte covid extendido en toda la península, lo que deberíamos hacer los vacunados es ir a los cines, teatros, restaurantes, museos, conciertos, etc. y entrar en ellos para que los no vacunados vean lo que se pierden, ¿veis, estúpidos?, os jodéis por no vacunaros”, termina fomentando el pecado teologal, o cardinal, de la envidia saltándose toda la Ilustración que habla de enseñar y explicar las cosas y fenómenos.
Vacunas Covid-19 causan más daños que beneficios: https://www.scivisionpub.com/pdfs/us-covid19-vaccines-proven-to-cause-more-harm-than-good-based-on-pivotal-clinical-trial-data-analyzed-using-the-proper-scientific–1811.pdf
Este personajillo no hace otra cosa que seguir el guion que le marcan sus amos a pies juntillas, pues los dueños ( Blackrock y Vanguard) de las farmaceuticas que frabrican estas vacunas (Pfizer y Moderna), tambien lo son de la empresa a la que pertenece (Mediaset)
Mejide es un simple ejemplar perteneciente a la división de los Nematoda o nematodos (para resumir el concepto, un tipo de gusano muy primario y abundante).
Los nemátodos constan básicamente de un tubo digestivo entre una cavidad bucal y una excretora, rodeado de un líquido con diversas funciones y envuelto con una cubierta protectora.
En el caso de Mejide, sus cavidades presentan grandes dimensiones: su boca de chupa-pollas-globalistas está casi tan dilatada como su esfínter de catamito-prosistema-terminal. El tubo digestivo entre ambas cavidades está perfectamente adaptado a su exclusiva dieta como comemierda-lameculos del poder.
Finalmente, su sistema nervioso es el mínimo imprescindible para mantenerle en movimiento, ya que de evolucionar algo más le induciría a autofagocitarse al percibirse a sí mismo como lo que realmente es: un pedazo de mierda.
Si ya lo dicen las abuelas, que de esto saben más que nadie, «eres lo que comes». Y Mejide no es una excepción.