Si al buscador Google le preguntan quién es el médico más influyente del mundo, las primeras respuestas no dejan lugar a dudas: Bill Gates, porque es el magnate quien impone las políticas sanitarias de la OMS.
En 2017, mucho antes de la pandemia actual, la revista estadounidense “Politico” publicó un artículo (*) que analizaba lo que consideraba como una “influencia indebida” de Gates sobre la OMS. “Algunos multimillonarios compran islas, mientras que Gates ha comprado a la OMS”, decía la revista. Desde el año 2000 la Fundación Gates ha aportado más de 2.400 millones de dólares a la organización.
La OMS se ha privatizado. Las prioridades de Gates se han convertido en las de la OMS, decía la revista. La organización mundial no se gasta el dinero en sus propios proyectos sino en los que Gates persigue. Una cuarta parte del presupuesto de la OMS se destina a vacunas contra la poliomielitis porque así lo impone Gates.
La crisis del ébola de 2014, que mató a 11.000 personas en África Occidental, fue una experiencia especialmente dolorosa para la OMS. Un programa de emergencia elaborado a raíz de la epidemia ha recibido hasta ahora apenas un 60 por ciento de los 485 millones de dólares necesarios para 2016-2017.
Cuando Gates empezó a poner su dinero en la OMS, los funcionarios empezaron a hablar de “filantropía monopolísta”. Otros se burlan hablando de “Bill Chill”. El multimillonario fue el primer particular en presidir la asamblea general de países miembros de la OMS.
Los burócratas se quejan y se burlan, pero sólo en voz baja. Nadie quiere dar la cara porque para ellos lo más importante son sus suculentos sueldos mensuales. “Se le trata como a un jefe de Estado, no sólo en la OMS, sino también en el G20”, dijo un representante de una ONG con sede en Ginebra, que calificó a Gates como uno de los hombres más influyentes en la salud mundial.
Algunos temen que la Fundación Gates sea un de caballo de Troya para que los intereses capitalistas socaven el papel de la OMS en la fijación de las políticas sanitarias del mundo, porque la Fundación Gates no se centra en la salud, ni en los sistemas de salud, sino en la venta de vacunas y medicamentos.
La OMS concedió a la Fundación Gates el estatus de “relaciones oficiales”. 30 colectivos de defensa de la salud escribieron una carta abierta a la dirección para protestar porque la Fundación Gates se hubiera convertido en un socio oficial de la organización, ya que sus ingresos proceden de inversiones en empresas que están en desacuerdo con los objetivos de salud pública, como Coca-Cola.
La preocupación por el creciente papel de los fondos privados llevó a los países miembros a acordar, tras varios años de negociaciones, una nueva política que regula la forma de relacionarse con entidades como fundaciones privadas, empresas y ONG.
(*) https://www.politico.eu/article/bill-gates-who-most-powerful-doctor/
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Lo mas triste y a la vez peligroso, es que la mayor parte de la poblacion desconoce el modelo de financiacion de la OMS, y depositan en ella su total confianza en cuanto a las recomendaciones que en materia de salud dictan.
Ademas, es especialmente grave que ningun partido politico; de izquierda, centro, o derecha, denuncie esto.
Lamentablemente estamos frente a la mercantilizacion de la salud, donde organismos como la OMS haran todo lo posible por cronificar enfermedades y tratamientos medicos en las personas, desde etapas cada vez mas tempranas.